Por más de 20 años en el país se explota wólfram, recurso minero no renovable que es exportado a Estados Unidos para su industrialización y utilización en la fabricación de herramientas de corte como trépanos (taladros que se usa para la perforación de pozos petroleros) y en la industria del acero. La ingeniera petroquímica, Susana del Pilar Carmona, propone industrializar este recurso natural y exportar ferro-tungsteno a los mercados internacionales y generar ingresos por un valor de entre 10 ó 12 millones de dólares en beneficio del país.
Carmona, quien trabajó como gerente en una industria estadounidense en Nevada, dedicada a la industrialización de wólfram, comentó que Bolivia cuenta con grandes recursos mineralógicos del llamado “oro negro” y que anualmente salen del país aproximadamente 1.248 toneladas métricas (MTU). “Lo que propongo es recuperar la explotación de wólfram a manos del Estado y preservar este recurso natural que en muchos países es considerado como estratégico por sus múltiples usos. Asimismo planteo que se haga una auditoría para conocer qué empresas mineras extraen wólfram, cómo se comercializa y cómo se exporta el mineral sin valor agregado”, afirmó la especialista a EL DIARIO.
COTIZACIÓN
Explicó que la propuesta de industrializar este mineral generaría grandes réditos económicos para el país, tomando en cuenta que en la actualidad este metal se cotiza en $us 124,24 la unidad larga fina. En su criterio, para iniciar el proceso de industrialización, es necesario el emplazamiento de una planta de ferroaleaciones para el proceso de tratamiento de las materias primas en el país y cuyo costo demandaría una inversión cercana a $us 540.000. En Bolivia los centros mineros de explotación de wólfram son Bolsa Negra, Kami, Tasna, considerados los más grandes, Chorolque, Caracoles, Pueblo Viejo, Chicote Grande, Chicote Chico de menor magnitud. Más de 30 cooperativas se dedican actualmente a la explotación del wólfram.
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