Y se trata de una observación corriente al manejo de recursos de la minería que no son empleados adecuadamente en el mismo rubro, para mejorar una serie de emprendimientos "menores", porque los montos con que se cuenta no dan para "mayores" emprendimientos. Es el caso de Oruro.
Uno de los directivos de la Comisión de Minería de la Asamblea Legislativa Departamental, cuestionó la baja ejecución presupuestaria y física en la Secretaría de Minería y Metalurgia del Gobierno Departamental de Oruro, que ni siquiera llega al 50 % de ejecución.
En función de proyectos importantes se "anotaron" no más de seis, para que sean considerados en el Plan Operativo Anual de la Gobernación, pero resulta que no se avanzó en la concreción de esos emprendimientos ni siquiera en lo que corresponde a su diseño final, un requisito imprescindible para que desde el Ministerio de Minería se puedan canalizar más recursos para hacer realidad los emprendimientos mineros regionales.
Hay preocupación, por supuesto que también en el sector de los industriales mineros, ya que justamente en Oruro se postergan los proyectos mineros poniendo en riesgo planes importantes para mejorar la economía regional, empezando por la creación de fuentes de empleo que en la actividad minera tienen respaldo y garantizan la multiplicación de beneficios en función familiar.
Un dato sobre el asunto de la asignación de recursos para impulsar proyectos mineros refiere la existencia de casi cinco millones de bolivianos destinados a cubrir su ejecución a diseño final, etapa que no se cumplió por tanto tampoco se puede avanzar en el cumplimiento físico de los mismos, situación que retrasa mucho más la posibilidad de arrancar con planes productivos eficientes.
La relación de hechos que describió el asambleísta preocupado por la baja ejecución presupuestaria, aclara que inclusive se tomaron medidas especiales para dotar de mayor personal profesional para la secretaría de minería con un incremento salarial que justificaría el trabajo profesional y su rendimiento, empero por lo que se sabe, tampoco funcionó la estrategia de cumplimiento de los requerimientos del personal encargado de elaborar los proyectos.
No hay resultados positivos, no se ha incrementado el número de proyectos, los inscritos en el POA anual son los mismos, desde inicio de gestión, la mayoría arrastrados del pasado año y nada más en perspectiva, menos en la posibilidad de incrementar el porcentaje de ingreso de recursos para la minería departamental.
Cuando se habla de proyectos en Oruro, fuera de los estatales tradicionales, sea de las minas en explotación o de la fundición de Vinto, lo nuevo es mínimo, caso Capuratas, una fundición de zinc y alguna otra opción, que de ningún modo muestran perspectivas de alto nivel, como sucede por ejemplo en Potosí, aunque la diferencia financiera es muy alta, pero también es ponderable la capacidad de profesionales del ramo en la búsqueda de nuevas alternativas.
El proyecto del Salar de Coipasa, puede ser el mayor emprendimiento, pero ni siquiera en esa dirección se mueven las autoridades de la Gobernación.
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