Lo que señalaron los expertos en su momento preciso se confirma cuando desde el importante país asiático, uno de los mayores compradores de los concentrados de minerales que produce nuestro país, se informa que la economía china se de-
sacelera al segundo trimestre del año en curso con una baja del 7.7% de su Producto Interno Bruto (PIB) a 7,5% al cierre del segundo trimestre, lo que se refleja en una caída del precio de ciertos minerales.
La pérdida de dinamismo en la economía del gigante asiático se explica por el declive de la productividad, lo que significa también que la contracción del crecimiento en la China se manifiesta en una caída de los volúmenes de inversiones que en este periodo ya no generan la misma rentabilidad de un periodo anterior, en que las exportaciones tenían alto rendimiento y obligaban a mantener un ritmo especial de importación de materias primas. El caso de los minerales bolivianos.
Quienes hacen el seguimiento de las economías de países potencialmente ricos y altamente industrializados habían previsto el bajón del PIB en China pero el asunto no fue tomado en cuenta en los niveles de los países, que como el nuestro, se ocupan de vender sólo materia prima básica, que igualmente baja de precio y complica las economías externas del productor asiático al rebajarse el costo de los minerales.
Cuando se analiza el asunto con mayor detenimiento en las causas que afloran en el contexto del comercio de minerales, el vaivén de los precios en función a las políticas de los importadores, sus problemas y la dinámica de recuperación de sus negocios, se establece que hay una limitante extremadamente poderosa en el caso boliviano y corresponde a la venta de nuestros minerales en bruto, que cotiza en los mercados externos mucho menos de lo que significaría vender los mismos minerales con valor agregado que nos permitiría recuperar un buen porcentaje de recursos financieros y evitar la pérdida de millones de dólares, por seguir vendiendo (excepto el estaño) sólo minerales concentrados y en algunos casos ni siquiera debidamente purificados para mejorar su "ley" y su precio.
Este fenómeno por el que atraviesa nuestra minería y que no tiene igual efecto en países vecinos que importan minerales industrializados con mayor precio internacional y en mayores cantidades que nuestras exportaciones, alcanzan ciertos índices de beneficio directo que no afecta sensiblemente en sus economías. En el caso nuestro un bajón que se produce en China tiene doble sentido de profundidad en nuestra economía, aunque a decir de los expertos como el ejecutivo del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, IBCE al señalar que las exportaciones más importantes de Bolivia a China fueron de plata, estaño y zinc, lo que significó el 9,3% del total de minerales exportados por Bolivia al mundo, ubicándose como el cuarto mercado destinatario para las ventas externas de commodities.
La reducción de los planes que tienen las autoridades de la minería nacional, no tiene que ver directamente con la desaceleración económica de la China, que si bien es una causa en la obtención de réditos económicos no es menos cierto que existen otros factores que tienen que ver con un estancamiento más general de la minería Boliviana. Ampliaremos el tema en otra nota de una próxima edición.
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