El gobierno en seis años de nacionalización del centro minero de Huanuni nunca realizó las inversiones necesarias para su reflotamiento, pero si utilizó sus ganancias para financiar los diferentes bonos sociales, señala una investigación del Centro de Documentación e Información Bolivia (CEDIB).
“El Gobierno jamás le prestó el mínimo apoyo económico a su propia empresa. El propio DS 28901, con que se revierte todo el yacimiento, estableció que fuese la escuálida COMIBOL, heredada del neoliberalismo, la que aporte los fondos de arranque que apenas alcanzaban a US$ 9,7 millones”, señala el informe.
COMIBOL y su única operación minera, Huanuni, se financiaron todos estos años con sus propios ingresos (“recursos específicos”) producto de la venta de su producción, sin que el Tesoro General de la Nación erogue un sólo centavo, dice.
“Todos estos años, el Gobierno se ufanó por los positivos resultados económicos (impuestos y regalías pagadas y utilidades) que generó Huanuni. No invirtió nada pero mordió una tajada de la única operación minera real que tiene COMIBOL para financiar algunos de sus programas como el Bono Juancito Pinto que, desde algunos años, es pagado con recursos de COMIBOL, mediante Huanuni”, se lee.
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