Los cuerpos fueron encontrados después de que se abriera camino, por túneles subterráneos llenos de polvo y donde buscan a los mineros que quedaron atrapados, reporta el portal web de Telesur.
La agencia Xinhua informó que 239 de los 276 mineros que trabajaban en el turno lograron escapar, mientras otros 11 continúan desaparecidos, pero con poca esperanza de que se encuentren con vida.
“Hay pocas esperanzas de que los 11 mineros atrapados hayan sobrevivido, y serán necesarios tres o cuatro días, para hallarlos”, declaró el director adjunto de las operaciones de rescate, Du Bo, citado por la agencia de noticias China News Service.
Du Bo explicó que probablemente los trabajadores estén bajo más de 2.500 toneladas de piedras y polvo, que taparon el pozo después de la explosión de gas, que asfixió a la mayoría de las víctimas.
La investigación determinó que la fuga de 173.500 metros cúbicos de gas grisú en la mina, ubicada en la localidad de Yizhou, es el origen del accidente. Del mismo modo, indicaron que la tragedia pudo ser peor, según los expertos.
La mina es propiedad de Pingyu Coal & Electric Co. Ltd, empresa conjunta de cuatro inversores, entre ellos los grupos químico Zhong Ping Energy Chemical Group y eléctrico China Power Investment Corp. Ésta tuvo una fuga de gas y carbón en 2008, lo que causó la muerte de 23 mineros.
Los yacimientos del país asiático tienen la reputación de ser las más peligrosas del mundo, esto por las faltas de medidas de seguridad y por la exigencia de producción cada vez mayor. Más de 2.600 personas murieron en estas minas el año pasado.
El Gobierno de China ha señalado desde hace varios años que intenta modernizar sus minas para controlar las emanaciones de gas, sobre todo las de metano, un gas contaminante que además provoca explosiones.
Desde años anteriores, las autoridades centrales lanzaron una gran campaña de cierre de pequeñas minas, que en mayoría son ilegales, donde se produce gran cantidad de accidentes mortales.
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