En la plaza 10 de Febrero de Oruro
• El minero llegó a Oruro procedente de Huanuni para exigir trabajo con los cooperativistas mineros de Cataricagua
• La esposa vino a la ciudad por su cuenta para participar en la marcha, pero llegó tarde y se puso a descansar en la Plaza
Un minero cooperativista de la zona de Cataricagua, Huanuni, se inmoló junto a su esposa, a las 13:35 horas de ayer, en la Plaza 10 de Febrero de la ciudad de Oruro, lado Este, encendiendo una carga de dinamita que mantenía en su pecho, por falta de trabajo y la crisis económica, que derivaron también en conflictos conyugales.
Ramiro Benito Alipaz Ribera, de 37 años, y su esposa María Vázquez Mamani, 41 años, volaron en pedazos en plena plaza, después de una breve discusión.
El minero quería hablar con ella, para arreglar los conflictos económicos, especialmente, porque días antes fue notificado para el pago de pensiones para 8 de sus 10 hijos, pero él no pudo ingresar a la Empresa Minera Huanuni, por falta de documentos, desde el 31 de octubre de 2006, cuando el gobierno prohibió la presencia de cooperativistas en el cerro Posokoni.
Según testigos presenciales del hecho, la pareja discutía y la esposa no quería hablar. El le dijo que “así sea por última vez”, y ante la negativa, el minero encendió la dinamita.
Ella corrió algunos metros, pero él la agarró por la cintura y la abrazó, hasta caer al piso y se produjo una fuerte explosión que hizo desaparecer los dos cuerpos.
La explosión ocurrió en la calzada de la calle La Plata, entre Bolívar y Adolfo Mier, frente al edificio del Concejo Municipal de la ciudad, cuando había poca cantidad de gente.
Los restos humanos fueron encontrados por todas partes. El brazo y la cabeza habían llegado hasta las ventanas del Concejo Municipal. Otra cabeza fue hallada en la calle Adolfo Mier y La Plata.
La pareja vivía en Cataricagua, Huanuni, tenían 10 hijos, ocho de ellos menores de edad. Ellos se encontraban separados y el jueves en la Defensoría de la Niñez y Adolescencia firmaron un documento en el cual el padre se comprometía a pagar una pensión de 100 bolivianos por cada hijo.
Victoria Ojeda Martínez, amiga de la víctima, se encontraba junto a la víctima, hasta que apareció su marido y vio cómo el varón la sujetó por la espalda. Intentó salvarla, pero vio la mecha encendida y prefirió alejarse y se produjo la explosión y resultó herida.
La mujer había llegado a Oruro para participar en la marcha de mineros cooperativistas para exigir trabajo al gobierno, pero llegó tarde y prefirió descansar con su amiga en un banco de la plaza, cuando fue encontrada por su esposo y ocurrió la explosión de la carga de dinamita.
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