La estabilidad política y tributaria se han constituido en factores fundamentales para la atracción de inversiones mineras. Tres países vecinos conocen de estas ventajas. Chile, por ejemplo, prevé captar inversiones por unos 22 millones de dólares en los próximos cinco años; Perú por unos 20 mil millones, hasta el 2011, y Argentina estima la inversión en el sector minero en 12 mil millones “en los próximos años”.
Bolivia, al contrario, se mantiene a la zaga. Sólo el proyecto siderúrgico del Mutún, en el departamento de Santa Cruz, se constituye en la inversión extranjera más significativa que ha llegado al país en los últimos años. La india Jindal Steel & Power Limited se comprometió a invertir 2.100 millones de dólares hasta el 2015.
De acuerdo con un informe de la Fundación Milenio, en Bolivia la gestión 2007 se caracterizó por ser el inicio de la recesión productiva pese al ambiente externo favorable de precios de los minerales en constante ascenso.
Mientras en Bolivia se cambiaban las reglas de juego, los vecinos se ocuparon de ofrecer ambientes favorables en materia impositiva y normativa legal, complementó el ex ministro de Minería y Metalurgia, Jorge Espinoza.
Según un despacho de la agencia de noticias Andina, el ministro de Energía y Minas del Perú, Juan Valdivia, explicó que al inicio de la gestión del presidente Alan García se pensaba que las inversiones en el sector minero alcanzarían los 11.000 millones de dólares, pero fueron superadas porque la cartera alcanzó los 20 mil millones de dólares. Perú es el primer productor mundial de plata, el tercero de zinc y cobre y el quinto de oro.
Un informe de marzo del 2008, del instituto canadiense Fraser, indica que Perú, a nivel mundial, se ubica entre los destinos más atractivos para las inversiones, debido a la estabilidad política y tributaria que ofrece ese país.
En cuanto a Chile, el ministro de Minería de ese país, Santiago González, informó el 9 de abril —en oportunidad de inaugurar la VII Conferencia del Cobre— que las inversiones alcanzarán unos 22.000 millones de dólares en los próximos cinco años. Las previsiones las sustentó en la ampliación y el desarrollo de nuevas minas de cobre y oro.
Sobre Argentina, la Secretaría de Minería de ese país informó a La Razón que “la puesta en marcha de nuevos emprendimientos, la continuidad exploratoria y el incremento de la productividad de minerales industriales y rocas de aplicación hacen prever para los próximos años inversiones por arriba de los 12 mil millones de dólares”. Al respecto, el ex ministro Espinoza dijo que las cifras de inversiones que captan los países vecinos tienen su fundamento en “un marco legal adecuado para el desarrollo de la actividad minera, que está lejos de consolidarse en Bolivia”. Añadió que Bolivia desaprovecha la excepcional coyuntura de precios. “En este momento, en Bolivia, no hay posibilidades de inversión externa ni interna” debido a las normas vigentes, dijo refiriéndose a la declaratoria de reserva fiscal de todo el país y la incertidumbre sobre el contenido del nuevo texto constitucional. “Si descontamos la futura inversión de 250 millones de dólares previstas para el Mutún, las inversiones, este año, no superarán los 50 millones”. El viceministro de Minería, Pedro Mariobo, dijo que “Bolivia, en este momento, está viviendo un proceso de cambio, y en materia minera hay muchas cosas que están en proceso, de manera que las reglas de juego no están del todo claras”.
“Bolivia está viviendo un proceso de cambio, y en materia minera (...) las reglas de juego no están del todo claras”.
Pedro Mariobo.
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