El ex ministro Jorge Espinoza dice que la cotización es la más alta de toda la historia, aunque critica al Gobierno por no aprovechar esta coyuntura favorable. Alerta sobre el agotamiento de los yacimientos.
La libra fina de estaño se cotizó ayer en el mercado de materias primas de Londres a 10,74 dólares, una cifra récord de los últimos 28 años. Reportes de las agencias internacionales de noticias dan cuenta que los altos precios son impulsados por una mayor demanda de los países emergentes y por preocupaciones en torno a los suministros de los mayores productores del mundo, China e Indonesia.
Según datos oficiales, la cotización más alta de este metal se registró el 6 de junio de 1980, cuando la libra fina alcanzó un máximo de 7,61 dólares. Posterior a esta fecha, los precios del estaño en los mercados internacionales se desplomaron y es nuevamente en los últimos cuatro años que vuelven a repuntar.
Así, el 7 de noviembre del 2007 marca para los países productores de estaño un hito histórico, porque este metal supera el registro de junio de 1980 y alcanza los 7,62 dólares la libra fina.
Los especialistas señalan que su cotización varía día a día por tratarse de un mineral estratégico para las aleaciones.
Entre 1981 y 1986, el desplome de este metal en los mercados internacionales provocó el cierre de minas y el masivo despido de trabajadores del subsuelo, lo que en Bolivia se vino a denominar “relocalización”.
Para el ex ministro de Minería Jorge Espinoza, el precio del estaño que se registró ayer en la Bolsa de Metales de Londres es uno de los más altos de toda la historia. “Sin embargo —explicó—, el tema es curioso porque los precios siguen subiendo, pero no así la producción”.
“Pese a estos precios espectaculares, yo me temo que siga bajando la producción de estaño, fundamentalmente porque no hay yacimientos nuevos”, afirmó el experto en temas mineros.
En Bolivia se siguen explotando los mismos yacimientos desde hace más de 50 años, añadió.
También criticó al Gobierno por desalentar las inversiones al aprobar la subida de impuestos, declarar reserva fiscal a todo el territorio nacional y por no dar garantías a los inversionistas, a lo que se suma la toma de minas por parte de los campesinos.
Sobre este último punto, Espinoza expresó que la nueva Constitución alienta la toma de minas, porque en uno de sus artículos señala que los recursos naturales ya no son del Estado, sino de todos los bolivianos.
“Bolivia debe ser el único país minero que ha descuidado totalmente la exploración”, afirmó. La producción anual de estaño, que está entre 15 mil y 17 mil toneladas métricas finas, no se movió históricamente en muchos años.
La libra fina de estaño se cotizó ayer en el mercado de materias primas de Londres a 10,74 dólares, una cifra récord de los últimos 28 años. Reportes de las agencias internacionales de noticias dan cuenta que los altos precios son impulsados por una mayor demanda de los países emergentes y por preocupaciones en torno a los suministros de los mayores productores del mundo, China e Indonesia.
Según datos oficiales, la cotización más alta de este metal se registró el 6 de junio de 1980, cuando la libra fina alcanzó un máximo de 7,61 dólares. Posterior a esta fecha, los precios del estaño en los mercados internacionales se desplomaron y es nuevamente en los últimos cuatro años que vuelven a repuntar.
Así, el 7 de noviembre del 2007 marca para los países productores de estaño un hito histórico, porque este metal supera el registro de junio de 1980 y alcanza los 7,62 dólares la libra fina.
Los especialistas señalan que su cotización varía día a día por tratarse de un mineral estratégico para las aleaciones.
Entre 1981 y 1986, el desplome de este metal en los mercados internacionales provocó el cierre de minas y el masivo despido de trabajadores del subsuelo, lo que en Bolivia se vino a denominar “relocalización”.
Para el ex ministro de Minería Jorge Espinoza, el precio del estaño que se registró ayer en la Bolsa de Metales de Londres es uno de los más altos de toda la historia. “Sin embargo —explicó—, el tema es curioso porque los precios siguen subiendo, pero no así la producción”.
“Pese a estos precios espectaculares, yo me temo que siga bajando la producción de estaño, fundamentalmente porque no hay yacimientos nuevos”, afirmó el experto en temas mineros.
En Bolivia se siguen explotando los mismos yacimientos desde hace más de 50 años, añadió.
También criticó al Gobierno por desalentar las inversiones al aprobar la subida de impuestos, declarar reserva fiscal a todo el territorio nacional y por no dar garantías a los inversionistas, a lo que se suma la toma de minas por parte de los campesinos.
Sobre este último punto, Espinoza expresó que la nueva Constitución alienta la toma de minas, porque en uno de sus artículos señala que los recursos naturales ya no son del Estado, sino de todos los bolivianos.
“Bolivia debe ser el único país minero que ha descuidado totalmente la exploración”, afirmó. La producción anual de estaño, que está entre 15 mil y 17 mil toneladas métricas finas, no se movió históricamente en muchos años.
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