Un delicado trabajo de investigación que se efectuó durante varios años señala la existencia de Uranio en cantidades reducidas en varias zonas del país, pero de manera especial en la franja que sirve de límite jurisdiccional a los departamentos de Oruro y Potosí.
El hecho movió el interés de los dirigentes cívicos de ambos distritos antes que la responsabilidad de evaluación por parte de las autoridades, en todo caso de los departamentos señalados, incluyendo el asunto de la futura explotación del litio en un salar cuya superficie en kilómetros más o menos, corresponde también a los distritos que reclaman su propiedad sobre esa riqueza, que de manera general, como lo dice la constitución pertenece a la heredad nacional y sólo la distribución de regalías y otras utilidades se definirán porcentualmente en base a la vigencia de acuerdos entre los interesados.
Hay que partir de la necesidad de consensuar criterios de orden técnico -jurídico antes que dar paso a presiones político- partidistas. La riqueza está yaciente en la superficie de un extenso salar en lo que corresponde al litio y no vale la pena que se alteren los planes ya adelantados, sólo por algunas pugnas promovidas por intereses sectarios.
En el caso del uranio, si bien existen dos corrientes, una que se basa en la exploración satelital y que por supuesto conlleva responsabilidad profesional de alto nivel, al tratarse de un informe internacional proveniente del Servicio Geológico de Estados Unidos y corroborado por la Agencia Aeroespacial Estadounidense (NASA) que efectuó “exploraciones vía satélite”, se estableció la presencia de uranio justamente en la “franja divisoria entre Oruro y Potosí” aparte de adelantar también la existencia de yacimientos de oro, plata y cobre en la misma zona que merecen cuantificarse para encarar su explotación.
La importancia del informe (satelital), genera otros datos que traducidos por expertos, dan como resultado la existencia de Uranio como mineral estratégico y cuya explotación “alcanzaría para sostener la economía de todo el país por el próximo siglo”.
De momento la perspectiva para ingresar en la explotación de estos minerales estratégicos está pendiente de políticas específicas, aunque algo se adelantó ya en el caso del litio, faltando solucionar mínimos problemas limítrofes y el caso de las inversiones, previa definición entre los varios ofertantes.
En el tema del uranio, todavía no se dice la verdad y aunque se ratifica la existencia de 38 sitios en los que existiría el mineral radioactivo, en los niveles de gobierno se evita la información abierta, señalándose simplemente que “pueden existir puntos de referencia, pero aún no se ha determinado la existencia de yacimientos”.
En todo caso -para no perdernos en disquisiciones- el motivo del presente comentario quiere llegar a promover la sugerencia de un parlamentario orureño que propuso una “alianza regional estratégica para explotar uranio y litio” entre los departamentos de Oruro y Potosí, ahora privilegiados con la existencia de esos reservorios dentro sus límites jurisdiccionales. Inicialmente una buena idea que debería ser profundizada en función de los intereses regionales.
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