Cuando se menciona el tema de la minería y la objetividad del sistema en el tiempo actual, pero sobre todo con la visión de futuro que debe asignarse a tan importante rubro, no se puede obviar el caso de la capacidad tecnológica humana y material, para garantizar el desarrollo de nuevos proyectos o para mejorar los que se cumplen con algunas limitaciones.
No es posible admitir que en el tiempo presente todavía se permitan labores conocidas como “tradicionales” en una minería que agota los esfuerzos de centenares de trabajadores y les proporciona apenas mínimas utilidades por las reducidas cantidades de mineral obtenido en profundos socavones o en parajes sin las más mínimas condiciones de seguridad.
Y este es el tiempo en que también se habla de la elaboración de un proyecto de lo que será –posiblemente en diciembre próximo– la nueva Ley Minera y cuyo contenido todavía no ha sido suficientemente divulgado entre los sectores interesados o como ahora se dice… no ha sido “socializado”.
Una de las limitaciones para incrementar la actividad minera nacional, se la falta de yacimientos, ojo es importante aclarar, no es falta de minerales, pues pruebas satelitales y otras investigaciones demuestran que poseemos mucha riqueza mineralógica, pero el problema está en la identificación de los sitios donde están esos ricos depósitos mineralizados.
Para garantizar el resultado óptimo de las tareas de exploración de precisa la participación de profesional idóneo, altamente capacitado, pero también dotado de equipos modernos para asegurar su labor y garantizar la potencialidad de los yacimientos prospectados. Por tanto, una nueva ley minera, debe incluir de manera ineluctable, varios capítulos que definan la urgente necesidad de mejorar la actividad minera, basándose en el trabajo de profesionales y en el uso de “tecnología de punta”, para explorar, pero también para el desarrollo en sí de los procesos de explotación, refinación y la futura industrialización.
Ahora bien, hay sugerencias que van ligadas paralelamente y que deben incorporarse en la Ley Minera, la obligatoriedad de exploraciones y la investigación del sistema productivo minero, para llegar a determinar la demanda ineludible de capacidad técnica que se requiera en cada caso a tiempo de iniciar nuevos emprendimientos, seguramente con importantes inversiones.
Proyectar una ley para la minería, no puede ser un trabajo simplemente de armar el “marco teórico” de la misma, lo imprescindible es que la naturaleza de la actividad, sus componentes, trabajadores, equipos, inversiones y el desarrollo de proyectos necesitan de respaldo jurídico y garantía oficial, para alcanzar los objetivos que signifiquen sostenimiento económico en las arcas del Estado y presupuestos saneados para el desarrollo de las regiones mineras.
Los elementos esenciales de contar con profesionales capacitados y expertos en minería, además de incorporar tecnología de punta a los proyectos mineros tienen que ser prioridades en la nueva ley de minería, si se quiere que la misma produzca efectos competitivos y positivos en el futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario