Mientras que en el país no hay nuevos emprendimientos mineros privados, la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) destina sólo el 12,5% de sus recursos presupuestados para este año en exploración, prospección y explotación minera.
En el documento de respuesta del Gobierno al pliego petitorio de la Central Obrera Boliviana (COB), se informa que para este año se destinaron 954 millones de bolivianos para 38 proyectos que debe ejecutar la Comibol; de ese monto, sólo 120 millones de bolivianos financiarán 12 trabajos de exploración y explotación (ver infografía).
Los proyectos están en La Paz, Oruro, Potosí, Quechisla, Santa Cruz, Malku Khota, Triunfo de Marne y Caracoles, entre otros.
Entre sus demandas, la COB exige la creación de nuevas empresas mineras estatales en exploración, explotación e industrialización de los yacimientos mineros, mediante normas que garanticen la baja de maquinarias obsoletas que vulneran la seguridad industrial en las fuentes de trabajo.
En el documento de respuesta, el Gobierno señala que “con la visión de explotar otras áreas no tradicionales de la minería, están en proceso de creación, implementación y funcionamiento la Empresa Boliviana de Oro, de recursos evaporíticos y la Empresa Minera Mallku Khota”.
Además, el Gobierno sostiene que se impulsarán proyectos que, “dependiendo de su grado de desarrollo”, pasarán a ser empresas productivas, como los complejos industriales de Pulacayo y Catavi, Cobrizos, Albol, Capuratas y una planta en Corocoro, entre otros.
El experto en minería y ex ministro del sector Dionisio Garzón opinó que los únicos proyectos de exploración en el continente son desarrollados por empresas privadas. Por ejemplo, las operaciones de importancia en el país son San Cristóbal, San Bartolomé y Sinchi Wayra.
“La generación de nuevos proyectos de exploración es una tarea de alto riesgo, ya que uno o dos de 100 proyectos son exitosos; esto no debería encararse con recursos del Estado, sino dejar que la iniciativa privada asuma el riesgo, como se hace en el mundo. Los proyectos de explotación e industrialización de reservas ya determinadas sí pueden ser afrontados por el Estado o en asociación”, explicó el especialista en minería.
En su criterio, sin inversión en nuevas reservas, el país corre el riesgo de agotar sus yacimientos, pese a que San Cristóbal, las minas de Sinchi Wayra y otras tienen aún reservas para una década más de explotación.
Otras naciones vecinas, como Perú, tienen proyectos mineros con capitales privados por 50.000 millones de dólares.
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