Según los datos ofrecidos en la "Rendición de cuentas de la Corporación Minera de Bolivia, Comibol", se establece que en la gestión 2012 la estatal minera recibió un presupuesto de 1.261 millones de bolivianos de los cuales sólo gastó 403 millones, lo que significa una ejecución presupuestaria del 32 por ciento. El 68 % del presupuesto asignado no pudo ser utilizado en los planes que se anotaron para desarrollarlos en la gestión pasada.
La "rendición de cuentas" en acto público representa una obligación para todas las empresas dependientes del Estado como una forma de transparentar el manejo de los recursos públicos, pero al mismo tiempo para demostrar la eficiencia en el manejo financiero o las dificultades que impidieron cumplir algunas metas trazadas para un periodo anual.
En lo que corresponde a la controvertida Comibol, que se suponía debió arrancar con bríos especiales para promover el crecimiento de las empresas estatales de su dependencia con casi un 70 por ciento de recursos económicos no utilizados, significa que alguna fuerza o motivación especial impidió "gastar" un fondo menor a casi mil millones de bolivianos.
Las referencias señalan que los "proyectos sociales" fueron los de menor gasto para la estatal minera pues sólo se utilizaron 567.820 bolivianos de una asignación de hasta ocho millones de bolivianos, eso significa poco más del 6 por ciento de ejecución.
En contraparte el proyecto que registró mayor inversión fue el de preservación y mitigación ambiental en el que se gastaron 15 de 23 millones asignados, es decir algo más del 64 %. El otro ítem de gasto importante fue el denominado de "contratación y fundición" con una ejecución de 113 millones de 191 millones de bolivianos presupuestados, lo que se aproxima al 60 % de ejecución.
En el mismo informe de cuentas se reconoce que las empresas estatales arrojaron utilidades, como Huanuni que logró 83 millones de bolivianos por la producción de 9.000 TMF de estaño de las 10 mil programadas para un año. Colquiri por los problemas que confrontó alcanzó un 50 % de sus metas de gestión, lo que significó el más bajo porcentaje desde que se nacionalizó con un volumen de sólo 98.000 TMF de concentrados de zinc y estaño de las 191 mil proyectadas para la gestión. Lo poco recuperable significó para Comibol un ingreso de apenas 20 millones de bolivianos.
El caso Vinto no consigna novedades oficiales, aunque se reconoce demora en la habilitación del "gigante" horno Ausmelt que ya debió estar en funcionamiento y todavía no tiene fecha de estreno, mientras tanto hay una serie de apreciaciones muy especiales sobre la administración de la metalúrgica. Tampoco hay cosas muy claras sobre los avances de producción del elefante blanco de Karachipampa.
Hay que tomar en cuenta, según la estimación de Comibol, que se produjo una baja en los precios internacionales de minerales y aunque hubo paulatina recuperación, las cifras influyeron negativamente en los promedios de la ejecución presupuestaria, que por lo visto ha motivado un anunció especial en los niveles superiores (Ministerio) sobre la necesidad de hacer ajustes en la estructura organizacional de la estatal minera y en el futuro cronograma que deberá cumplir. Ajustes son necesarios, pero lo que debe definirse seriamente es la política minera nacional y el rol que deben cumplir las organizaciones ejecutoras del plan minero.
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