Cuando se necesita mayor impulso financiero para levantar la actividad minera y ponerla en un nivel deseable de operaciones prácticas, se observa que desde los niveles oficiales se determina una reducción en las asignaciones para el trabajo de la minería y metalurgia, especialmente sin muchos recursos para emprender un programa agresivo en prospección y exploración minera.
De acuerdo al informe del ministro de minería, los recursos destinados a la exploración son inferiores a los fijados para la producción. César Navarro señaló que en el tema de inversión en el sector para el periodo 2015 - 2020, los recursos para exploración alcanzan a poco más de 100 millones de dólares mientras que para el rubro de producción la cifra pasa de 866 millones de dólares. Una diferencia abismal que muestra la falta de visión en la perspectiva de buscar objetivos muy claros para fortalecer la nueva minería.
Otro detalle en manejo de cifras, el informe del ministro (de minería) revela que el Servicio Geológico Minero (Sergeomin) tiene un presupuesto para la exploración de 102,5 millones de dólares, pero de ese total tiene financiados sólo 35,5 millones, el resto, más de 70 millones de dólares debe buscar financiamiento. Estos detalles de inversiones para minería están consignados en el "Plan Sectorial de Desarrollo Minero - Metalúrgico 2015 al 2020" que corresponden al Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM).Otras cifras no menos interesantes y por lo mismo preocupantes, señalan por ejemplo que la Corporación Minera de Bolivia, Comibol, empresa a la que se le asignará la responsabilidad de invertir en producción ampliación y equipamiento de empresas mineras cuenta con un presupuesto de 866,4 millones de dólares para el periodo de los cinco años, de los cuales sólo 127,1 millones ya están financiados, pero faltan conseguir 739,2 millones de dólares que deberán ser financiados más adelante.
Se entiende que se está tomando en cuenta presupuestos preliminares, de modo que sirvan para iniciar algunas operaciones y se completarán los desembolsos en la medida que sean necesarios los recursos, situación que genera incertidumbre al no saberse cuál tendrá que ser la procedencia de esos recursos, que podrían canalizarse vía fideicomisos provenientes del Estado a través del Banco Central o necesariamente tendrán que ser captados con inversiones privadas, en esta segunda opción, es posible despertar interés de empresas que desean exponer capitales, pero seguramente lo harán, conociendo las reglas de juego que de momento no están completas por la falta de reglamento a la Ley Minera y el complemento de las obligaciones tributarias.
Como se puede observar, todos los presupuestos son preliminares y se desconoce lo que sucede en el caso de los evaporíticos de los salares de Uyuni o Coipasa, donde las actividades de "prueba" continúan, hay empresas extranjeras que siguen en tareas de asesoramiento, pero no se divulga ningún informe que establezca el grado real de avance del proyecto en conjunto.
Como dicen en Santa Cruz, el "cuento" del Mutún, sigue en proceso de análisis para definir la elección de una entre dos empresas chinas para recomenzar la operación de movimiento de toneladas de hierro para encarar el proyecto de su acumulación y venta futura cuando su precio sea comercial y compense los costos de producción, mientras tanto el Mutún, está al ritmo del tun tun, como lo señalan sus preocupados empleados. En todo caso para la presente gestión el presupuesto de minería tiene una sensible reducción, tomando en cuenta que en materia de inversión para la gestión pasada se programaron 281 millones, pero para el año ya en ejercicio la suma será sólo de 157 millones, lo que significa una disminución de 124 millones de dólares. Qué tal. Así es muy difícil que la minería boliviana pueda superar su alicaída situación.
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