Cuando se habla de renovar la minería hay que entender por la necesidad muy urgente de encontrar y de-
sarrollar nuevos yacimientos que reemplacen a los casi agotados que todavía se trabajan especialmente en la zona
occidental del país, muchos yacimientos desde la época republicana, según señalan algunos conocidos investigadores y analistas de la situación minera nacional.
Son varios años que no se ha puesto en práctica nuevos proyectos mineros en el sector occidental, salvo el importante proyecto de San Cristóbal en Potosí que resulta el de mayor cuantía en reservas y tonelaje de producción, aunque compiten muy bien los de San Vicente y San Bartolomé.
En el caso de Oruro, luego del cierre de operaciones del importante proyecto aurífero de Inti Raymi en la mina a "cielo abierto" en Kori Kollo, el otro plan extractivo también de oro y de la misma empresa se desarrolla aún en la zona de Iroco, próxima a la ciudad en lo que se denomina Kori Chaca, propiamente en su última fase no ha habido otras inversiones y se necesitará de éstas para poder encarar con urgencia exploraciones mineras que determinen la posibilidad de encarar nuevos prospectos mineros.
En el caso de Potosí, propiamente en el límite de ese departamento en su extremo norte colindando con Oruro, se encuentra un supuesto rico yacimiento de minerales tradicionales, pero además con altos contenidos de indio y tantalio que si tienen las características reveladas por los pioneros en su exploración se convertiría en otra mina potencial, posiblemente igual o mayor a San Cristóbal, es la mina de Mallku Khota.
Lo que preocupa en el caso de Oruro concretamente es que carecemos de los recursos necesarios para definir planes de exploración, lo peor es que todavía no están dadas las condiciones para atraer inversiones de alto rendimiento al no existir las garantías y seguridades de orden legal que permitan mover capitales y tecnología moderna para "abrir un abanico" de exploraciones mineras, sabiendo por datos preliminares (vía satelital) que poseemos muy buenas reservas auríferas y otros yacimientos de metales tradicionales de alta demanda en los mercados externos.
Hay necesidad de establecer nuevas condiciones legales que garanticen las operaciones en áreas exploradas y que puedan ser desarrolladas en función de potencialidad y factibilidad del yacimiento sin que un conjunto de medidas y una pesada burocracia "legalista" obstruyan la vigencia del "contrato tipo", la obligación de obtener autorización comunitaria, el permiso ambiental y otra serie de regulaciones que entraban la implementación de cualquier proyecto minero, ahuyentando las inversiones y postergando la exploración minera.
Hay que tomar en cuenta además que en la actualidad se reduce con mucha rapidez la vida útil de importantes distritos mineros debido a la intensidad de su explotación, el caso de Huanuni y Colquiri, mientras no ocurre con la misma intensidad la disposición de explorar nuevos yacimientos para una futura e intensiva explotación minera.
Se necesitan medidas muy claras para tentar, buscar y consolidar inversiones mineras que quieran entrar en ese negocio, saben que se trata de exponer por lo menos entre dos a seis millones de dólares, hablando de proyectos que puedan ser competitivos, de alto rendimiento y larga data de los contrario serán simplemente proyectos menores, como los que ahora desarrollan por falta de incentivos la minería chica y los cooperativistas, en tanto que el sector mediano espera seguridades concretas con la nueva ley minera.
Como se puede observar es urgente que se definan las condiciones más propicias para atraer inversiones las que deberán utilizarse en exploración y prospección pasos ineludibles para encarar proyectos de largo plazo y de segura rentabilidad, lo que significa además seguridad de empleos y de crecimiento de municipios y regiones. Es urgente que se adopten políticas mineras regionales, entendiendo que en el futuro inmediato esa actividad será la que garantice el sustento de nuestra economía departamental.
Medios- PM.
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