"Llegamos aquí siguiendo los pasos de nuestro gran compatriota Ignacio Domeyko". La emotiva presentación del Presidente de KGHM, Herbert Wirth, evocando la figura de quien es considerado el Padre de la Minería en Chile; era apenas un preámbulo de la gran sorpresa que guardaba la inauguración de la Mina Sierra Gorda, controlada por la empresa polaca.
El 1 de octubre, junto con el inicio oficial de su operación en una ceremonia que estuvo encabezada por la Presidenta Michelle Bachelet; el nuevo yacimiento fue bautizado con el nombre del destacado geólogo, que fue Rector durante 15 años de la Universidad de Chile y un prominente académico, impulsor de la formación de ingenieros y específicamente de los primeros profesionales mineros.
Es que no se trata de cualquier proyecto. Ubicada en las afueras de Sierra Gorda -distante a unos 50 minutos de la ciudad de Calama en la Región de Antofagasta- la mina es la principal apuesta cuprífera de KGHM, que a través de su filial KGHM Internacional (55%) comparte la propiedad de Sierra Gorda SCM con dos japonesas: Sumitomo Metal Mining (31,5%), y Sumitomo Corporation (13,5%).
La mixtura es interesante y a ella hay que agregar también la especialización y tradición minera con que aportarán los profesionales y técnicos chilenos, una gran mayoría de los cerca de 9.000 trabajadores que intervendrán en la operación de Ignacio Domeyko.
La presencia de la Presidenta Bachelet, y de importantes autoridades, entre ellas incluso algunos Viceministros de Polonia y Japón; además del Subsecretario de Minería, Ignacio Moreno; los principales ejecutivos de las tres empresas socias de Sierra Gorda SCM, más representantes de organizaciones sectoriales y gubernamentales; le dio realce a la ceremonia. No todos los días se inaugura una mina en Chile. Y no es necesariamente obvio que una inversión de USD 4.200 millones logre llegar a puerto, en un contexto con numerosos proyectos entrampados.
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