Es realmente larga, de muchos eslabones y por lo mismo pesada y de difícil manipuleo, esto último en clara referencia a posibilidades de querer manejar el sector con sentido más político que técnico.
Política minera, es lo que hace falta con mucha urgencia, pero no políticos para la minería. Profesionales de la materia, geólogos, ingenieros de minas, metalurgistas, técnicos especializados y con experiencia en el desarrollo de proyectos son elementos necesarios para mover esa cadena productiva nacional que está casi inmovilizada por la falta de condiciones más propicias para su desarrollo pragmático.
Hay también un abanico de oportunidades para profesionales especialistas, pues en cada eslabón de la cadena se necesita gente que conozca el medio, que defina las condiciones más apropiadas para prospectar y explorar nuevos yacimientos.
Hay que requerir en otro eslabón la experiencia de profesionales que definan planes de explotación minera, en condiciones apropiadas, de acuerdo a las condiciones de cada yacimiento, podrán ser tareas en interior mina o quizás en operaciones a cielo abierto, en todo caso la experiencia de nuestra gente determinará además las mejores opciones de explotar nuestra riqueza minera en condiciones saludables y en plena armonía con el cuidado del medio ambiente.
La cadena se estira y obliga a definir otras acciones para mejorar nuestros concentrados con valor agregado a través de la metalurgia y la siderurgia, otros eslabones más que son imprescindibles para completar el proceso industrial de la transformación de nuestros concentrados en materia metálica, con mejores condiciones en el precio de exportación, aunque sin alcanzar todavía el objetivo de la diversificación industrial, que comenzará cuando podamos utilizar nuestros lingotes metálicos de estaño, plomo, plata y otros, para fabricar una inmensa variedad de productos que ahora exportamos de mercados externos.
La cadena de la minería es enorme, en nuestro caso de grandes opciones para consolidar su importancia en función de inversiones, tiempo, fuentes de empleo, desde profesionales y expertos, técnicos y obreros. La materia prima yace en el vasto suelo boliviano, esperando decisiones que sean parte de la voluntad gubernamental, no necesariamente política, pero si enmarcada en la prioridad de fortalecer nuestra economía moviendo todos la cadena de la producción minera. Es urgente que definidas las condiciones de gobernabilidad con la decisión democrática del pueblo, los conductores de nuestra nacionalidad, no pierdan más tiempo en darle a la minería el lugar que le corresponde en la cuantía de sus reservas y en la expectativa de sus invalorables réditos para beneficio común de los bolivianos, dueños todos de nuestros recursos naturales no renovables.
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