No es para menos, ya que un bajón en las cotizaciones de varios minerales que produce nuestro país, puede generar –ojalá no suceda– una crisis socio-laboral de graves consecuencias, tomando en cuenta que en los años de buenos precios del 2005 y hasta parte del 2013, no se adoptaron medidas de previsión para dar utilidad práctica los fondos que generó la minería, por una parte para impulsar proyectos del sector y por otra para crear un fondo de reserva que salve las situaciones extremas, como la que se avecina para el sector minero.
Si bien las autoridades del área minera están minimizando la situación que se vive con la caída de precios de minerales, como la plata, el estaño, el oro, entre otros, lo evidente es que este segundo sector estratégico de la economía nacional como es la minería, soporta ya una crisis visible en el caso de la minería estatal, cuyos costos de operación están por debajo de la línea roja que marca el equilibrio en los costos de operación. Se ha dicho claramente que un valor menor a 10 dólares por libra fina (LF) en el estaño, es un problema conflictivo y las últimas semanas se trabaja con un promedio de algo más de 9.00 dólares la LF.
Cuando se mencionan las formas de trabajo en el sector estatal, los límites de operación son muy rígidos, tomando en cuenta no sólo el volumen de producción sino también las obligaciones sociales que implica reducir ingresos y mantener elevadas planillas salariales.
Al respecto algunos dirigentes del sector de las cooperativas, señalaban que la baja en el precio de la LF de estaño podía ser "resistida" inclusive con menos de 9.00 dólares, dadas las condiciones de trabajo, diferentes a las que se cumplen en las empresas mineras, sin embargo en el tiempo presente, son precisamente los mineros cooperativistas los más preocupados con la crisis que se avecina.
En el otro frente dirigentes de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb) coinciden con sus compañeros de las cooperativas, pero son más concretos al exigir un "plan de contingencia nacional para la minería" y evitar el cierre de varias empresas y el masivo despido de mineros.
En todo caso, se observa la negativa política minera desarrollada en anteriores gestiones en las que no se administraron correctamente los recursos que fueron producidos por la minería y se destinaron a "otros fines" no precisamente a fomentar labores de prospección y exploración de nuevos yacimientos mineros.
El otro factor que no se aprovechó en más de cinco años de buen rendimiento de actividades mineras con buenos precios, fue la creación de un Fondo de Reserva que opere con recursos de la propia minería y permita a empresas del sector minero, estatales y privadas, que necesiten recursos para compensar temporadas críticas como las que se producen cuando bajan los precios, acudir a ese fondo en condiciones favorables exclusivamente para "sortear" las contingencias de los tiempos malos.
Los dirigentes del sector asalariado minero consideran que "existen alternativas para sostener algunas empresas", tal el caso de Inti Raymi y otras cuatro en riesgo de cierre, pero para cumplir ese objetivo se necesita un "plan de contingencia nacional" que sea delineado entre todos los sectores mineros y con la participación directa del ministro de minería y los ejecutivos de Comibol.
Dadas las condiciones actuales y por la necesidad de contar con un programa alternativo a favor de la minería, se resolvió efectuar tal reunión antes de la culminación del presente mes.
Este tema de la caída de precios tiene efecto no sólo en nuestro país, afecta en realidad a toda la región y en la misma a los países productores mineros, caso del Perú, Chile y Argentina, por mencionar a los vecinos, pero en los que se manejan programas de previsión, producto de estrategias de riesgo y de compensación en épocas de "vacas flacas", además de que buena parte de las operaciones mineras corresponde a fuertes inversionistas que tienen capacidad de inyectar capitales de emergencia para aumenta la producción y capear el mal tiempo, lo que no ocurre en nuestra minería.
En todo caso la baja en el precio de minerales es parte de otro ciclo creado por la competencia de las grandes potencias industriales y su duración puede ser un periodo prolongado. Ahora todo dependerá de la habilidad de los altos jerarcas de la minería nacional que definan una política de emergencia para enfrentar la crisis.
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