Expertos en minería que efectúan un seguimiento permanente al vaivén de los precios de minerales en el mercado internacional, coincidieron ya en agosto pasado en que "el ciclo de los precios altos ingresó en fase de volatilidad" y con tendencia a la baja, aunque existe la esperanza de un relativa estabilidad en el próximo periodo (por lo menos cinco años).
En el historial de ese proceso cíclico de precios de minerales, se recordó lo que sucedió en la década de los 80 cuando se derrumbó el precio del estaño y ocasionó una dura crisis económica en el país, con el cierre propiamente de toda la minería estatal y el obligado retiro de miles de trabajadores mineros, aunque bajo una forma que no se cumplió y se utilizó como argumento para el masivo despido con un compromiso de "relocalización".
Más de dos décadas tuvo que esperarse con trabajos muy limitados y con pocas proyecciones de envergadura en proyectos mineros hasta la gestión 2005 cuando se presentó un ciclo de recuperación que alcanzó un repunte extraordinario de "picos altos" hasta el 2008.
En ese periodo de cambios en las operaciones bursátiles de la economía mundial, la compra y venta de minerales tiene una incidencia particular que se siente en países productores como el nuestro, que debe restringir sus ventas debido a las restricciones impuestas en los países industrializados que confrontan problemas internos en sus operaciones.
El asunto se presenta de ese modo, con bastantes limitaciones en operaciones de comercialización de minerales, lo que según los expertos y analistas se observa en la "volatilidad" de los precios. Más sencillamente un proceso de "sube y baja", en cuestión del peso conflictual por el que atraviesan los grandes importadores, tanto los del Norte de América, como los Europa y Asia, por lo mismo los exportadores, caso de nuestro país, sujetos a ese vaivén de precios, que es parte del autocontrol que ejercen los responsables de controlar el movimiento económico de las potencias y sus industrias, donde prima sobre todo el factor de competitividad, sin contemplar para nada la suerte de los productores de materias primas.
Si bien el control financiero mundial dispone de las pizarras para establecer precios, (una manera de decirlo), no es menos cierto que algunos países del sector europeo y algunos del área latinoamericana que tienen condiciones de orden preventivo antes las emergencias, estocan sus minerales e incluso aprovechan estos periodos para incrementar su producción de manera que sólo es cuestión de tiempo para que los grandes compradores requieran nuestros los minerales para nutrir sus grandes industrias.
Es en este proceso cíclico que los países previsores apuntan a lograr más utilidades por la venta de sus minerales, situación que no es posible en nuestro caso, debido a que no tenemos reservas estratégicas de minerales y tenemos que vender nuestro producto en cualquier condición para mantener la minería.
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