Mediante un comunicado, la empresa india Jindal Steel confirmó ayer su intención de terminar el contrato de riesgo compartido con Bolivia. Sin embargo, deja abierta la posibilidad de continuar con este proyecto, pero bajo ciertas condiciones.
La decisión de irse la atribuye a “la falta de entrega total del área, de conformidad con la cláusula sexta del contrato de Riesgo Compartido Mutún RC; es decir, la entrega de material a Jindal Steel Bolivia del área con todos sus títulos saneados, libres de gravámenes y disponibles para el proyecto”, así como al “ incumplimiento para asegurar, garantizar y suministrar el gas natural en los volúmenes requeridos por Jindal Steel Bolivia para el funcionamiento del complejo siderúrgico Mutún en su total capacidad, según lo definido en el contrato de riesgo compartido”.
El documento también observa “la falta de voluntad del Gobierno de iniciar el desarrollo de infraestructuras, como puerto, caminos, agua, energía, gasoductos, imprescindibles para hacer viable la producción y la logística de los suministros y la exportación en gran escala”.
Jindal califica de “acciones prepotentes e ilegales” la ejecución de las dos boletas de garantía por parte del Gobierno boliviano. Apunta que hay inseguridad jurídica.
Sin embargo, la compañía deja abierta la posibilidad de continuar con este proyecto “en caso que durante este plazo de tiempo el Gobierno de Bolivia nos llegara a aclarar e informar la cantidad real de gas que nos puede proveer y además aceptara la reconfiguración de las capacidades e inversión de las plantas con una adenda al contrato de riesgo compartido”.
La misiva fue enviada al Gobierno boliviano el 8 de junio.
El Estado tiene un plazo de 30 días para dar una respuesta definitiva sobre el tema.
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