La actividad minera y metalúrgica causa considerables cambios en el medio ambiente:
Degradación de la tierra, desbosque y contaminación de aguas y aire. La magnitud de la degradación ambiental depende de la tecnología usada y de las prácticas de gestión ambiental, como subraya Warhurst (1994). Hay tecnología y prácticas que son más degradadoras que otras.
De manera más general, la actividad minera al ocuparse de extraer materiales depositados por la naturaleza durante millones de años, que se encuentran bajo sistemas de equilibrio ecológico, rompe este equilibrio desencadenando una serie de efectos que dañan el medio ambiente, en diversos grados.
Este trabajo tiene por objeto establecer un inventario de los problemas ambientales de la minería boliviana, insistiendo tanto en la degradación acumulada, como en los flujos de nueva contaminación. Como complemento se analizan los alcances de las regulaciones ambientales en vigencia y se proponen alternativas de regulación, utilizando por lo esencial mecanismos de mercado.
LA MINERIA ESTATAL
Comibol fue la empresa más importante en el sector minero desde la nacionalización de las minas hasta la segunda mitad de la década pasada. De acuerdo a la nueva política económica iniciada a fines de 1985, la expansión de la actividad minera en los yacimientos de Comibol debe provenir de la asociación con el capital privado, debiendo esta empresa estatal también traspasar la administración de todas sus operaciones a manos privadas.
Actualmente hay solamente tres minas en operación bajo la administración de Comibol:
Huanuni, Colquiri y Caracoles. Las demás operaciones han sido traspasadas al sector privado y a las cooperativas, o se encuentran paralizadas.
De manera general, COMIBOL no ha prestado mayor atención al impacto sobre el medio ambiente que producía con sus operaciones mineras, sino hasta muy recientemente.
Cuando lo hacía era sólo en forma experimental. Con todo, por razones técnicas provenientes de la escala de sus operaciones, COMIBOL llegó a introducir en varias de sus explotaciones sistemas de tratamiento y recirculación de aguas para su uso en la mina y el ingenio.
HUANUNI
Huanuni es un centro minero localizado en el Departamento de Oruro, explotado desde 1952 por COMIBOL. La producción de este centro minero fue interrumpida en 1986, pero ha sido reanudada desde 1988.
Huanuni es un depósito de estaño de tipo vetífero, que produce menas que luego son concentradas en la planta de beneficiación adyacente “Santa Elena”. Esta planta tiene una capacidad instalada de 1000 toneladas por día. El proceso de concentración estaño se realiza inicialmente a través de la trituración, y la criba, que selecciona el mineral grueso. Posteriormente el mineral pasa a las mesas vibradoras, que separan el mineral de tamaño mediano. Para la recuperación del mineral más fino se utiliza el proceso de flotación. El mineral concentrado es luego fundido en Vinto.
COLQUIRI
El centro minero de Colquiri, es un depósito polimetálico de estaño y zinc. Este centro ha estado en producción desde 1940, primero explotando sobre todo estaño, y posteriormente zinc.
El mineral de Colquiri se procesa en la planta de concentración “Hornuni”, modernizada en 1987, y que posee una capacidad de 1000 toneladas por día. Esta planta utiliza procesos de flotación para la obtención de concentrados de zinc y estaño. El estaño es luego tratado en Vinto, mientras que los concentrados de zinc se exportan a fundiciones en el exterior, a través del puerto de Arica.
CARACOLES
El yacimiento de Caracoles se encuentra ubicado en el departamento de La Paz. Actualmente produce solamente estaño, aún cuando en el pasado fue también un importante productor de wolfram. Este yacimiento perteneció a la Aramayo Mines de Bolivia hasta 1952, cuando pasó a propiedad de COMIBOL debido a la nacionalización de las minas.
LA MINERIA MEDIANA
El desarrollo minero de Bolivia dependerá de manera esencial de la minería privada organizada empresarialmente. Las empresas mineras privadas de mayor significación por el momento están todavía clasificadas como medianas. La minería privada, particularmente la que cuenta con la participación de capital transnacional, tiene un comportamiento generalmente respetuoso del medio ambiente.
Los ejemplos más notables son las explotaciones mineras de Inti Raymi y de COMSUR.
Inti Raymi, cuyo capital accionario pertenece mayoritariamente a la empresa americana Battle Mountain, posee una evaluación detallada de su impacto ambiental, y en su diseño de planta cumple tanto con las normas requeridas por el Banco Mundial como con las aplicadas por la empresa transnacional en sus operaciones en otros países. Por su parte, COMSUR, que está asociada a la empresa transnacional Río Tinto Zinc (RTZ), aplica las políticas de protección y conservación que tiene su socio en todos los países en donde trabaja.
La explotación corriente del cerro Koricollo de la empresa Inti Raymi, bajo condiciones atmosféricas normales, no presenta peligro de daño ambiental. Sin embargo, si la pluviosidad estuviera por encima de los márgenes de seguridad, lo que puede suceder por la naturaleza de los riesgos climatológicos, existiría el peligro de que las aguas de los desechos acumulados en los diques y que contienen cianuro se filtraran en grandes volúmenes causando daños ambientales que pueden ser de gran consideración.
LA PEQUEÑA MINERIA Y LAS COOPERATIVAS
Según la federación de cooperativas mineras (FENCOMIN), existen 139 cooperativas dedicadas a la explotación de minerales tradicionales. Estas cooperativas trabajan por lo general en los antiguos centros de explotación de COMIBOL o en yacimientos adyacentes a ellos. El mineral que producen puede ser vendido a COMIBOL, a empresas de la minería mediana o a comercializadoras nacionales. Puede ser también tratado por concentración, antes de su venta, en ingenios primitivos, donde se trata de imitar los métodos utilizados en la gran industria minera, incluyendo la utilización de reactivos químicos.
Se encuentran dedicadas a la explotación de oro un total de 330 cooperativas. La explotación se realiza en yacimientos aluviales, en las terrazas y en los cauces antiguos. Los depósitos que actualmente se explotan están en todos los afluentes del río Beni (Tipuani, Consata, Camata, Zongo, Mapiri, Challana) en el departamento de La Paz. En el noreste existe una gran explotación en los ríos Mamoré y Madera.
La explotación del oro es generalmente artesanal, son pocas las cooperativas que poseen un sistema mecanizado. La primera etapa de beneficiación es ravimétrica, que recupera el oro más grueso. El oro más fino es recuperado mediante el proceso de amalgamación, con el uso del mercurio. Este reactivo es rara vez reciclado, siendo más bien echado a la naturaleza.
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