Varios sectores productivos en el país, se benefician con cierta cantidad de recursos financieros, provenientes de entidades internacionales de fomento que con recursos especiales impulsan actividades que generan fuentes de empleo y abren posibilidades para el crecimiento de la micro y la mediana industria, con perspectivas de exportación, aunque en el momento actual con algunas limitaciones propias de la política gubernamental, el caso del Atpdea con Estados Unidos o la falta de un buen acuerdo con la Comunidad Europea.
La minería que mantiene su importancia como generadora de divisas y se ubica después de los hidrocarburos, no cuenta con un adecuado sistema de fomento que pueda ser utilizado por los mineros chicos, las cooperativas del sector o en otra escala importante la minería mediana.
La minería estatal se nutre de las regalías que generan la totalidad de los emprendimientos mineros, incluyendo los administrados por el Estado, pero lo grandes proyectos, que son la mayor parte, corresponden a importantes inversiones privadas a través de grandes empresas que lamentablemente en el último tiempo han estado hostigadas por los anuncios de cambios en la política gubernamental, especialmente en los sistemas tributarios y en la falta de garantías para el desarrollo de sus actividades. Pero en materia de fomento financiero, simple y llanamente no han existido avances concretos, más allá de buenas intenciones en el ámbito ministerial, como parte de un plan que todavía no ha sido puesto en ejecución.
Banco de fomento
El ciclo de los precios altos podía tener una larga duración, pero resultó que los movimientos financieros externos y en las potencias del mundo marcaron con excepcional rapidez una bajada que sorprendió a las autoridades ministeriales, impactó en los productores de todo el sector dejando una secuela de perjuicios en las familias de asalariados y cooperativistas, pero igualmente deudas por pagar entre mineros chicos y una disminución de inversiones y capitales de operación en la minería mediana.
La minería que mantiene su importancia como generadora de divisas y se ubica después de los hidrocarburos, no cuenta con un adecuado sistema de fomento que pueda ser utilizado por los mineros chicos, las cooperativas del sector o en otra escala importante la minería mediana.
La minería estatal se nutre de las regalías que generan la totalidad de los emprendimientos mineros, incluyendo los administrados por el Estado, pero lo grandes proyectos, que son la mayor parte, corresponden a importantes inversiones privadas a través de grandes empresas que lamentablemente en el último tiempo han estado hostigadas por los anuncios de cambios en la política gubernamental, especialmente en los sistemas tributarios y en la falta de garantías para el desarrollo de sus actividades. Pero en materia de fomento financiero, simple y llanamente no han existido avances concretos, más allá de buenas intenciones en el ámbito ministerial, como parte de un plan que todavía no ha sido puesto en ejecución.
Banco de fomento
El ciclo de los precios altos podía tener una larga duración, pero resultó que los movimientos financieros externos y en las potencias del mundo marcaron con excepcional rapidez una bajada que sorprendió a las autoridades ministeriales, impactó en los productores de todo el sector dejando una secuela de perjuicios en las familias de asalariados y cooperativistas, pero igualmente deudas por pagar entre mineros chicos y una disminución de inversiones y capitales de operación en la minería mediana.
Se propuso tiempo atrás y cuando se hablaba del auge de la minería, la creación de un fondo financiero de apoyo al sector minero, de manera que los interesados y bajo condiciones de competitividad puedan acceder a créditos de largo plazo con intereses blandos y bajo garantías de los proyectos mineros en ejecución, lamentablemente no se cristalizó tal banco, aunque se autorizó el establecimiento de un “fondo” de emergencia para paliar la actual crisis.
Lo que necesitan los industriales mineros, chicos y medianos, además de las cooperativas es una entidad crediticia, que también se ocupe de la compra de concentrados y su posterior comercialización, dando funcionalidad a un sistema que como en el ex Banco Minero, permitía regular el negocio de minerales con ventajas en precios y valores, pero además con opciones crediticias.
El Gobierno debería canalizar con la urgencia que amerita el problema, la aprobación de disposiciones legales que hagan posible la creación del Banco de Fomento a las Inversiones Mineras, entidad que con buen respaldo podría impulsar la tan anhelada reactivación minera del país.
Cotizaciones oficiales e históricas de los principales minerales
La caída del zinc y del estaño es la de mayor preocupación
No hay comentarios:
Publicar un comentario