La Universidad de Sídney desarrolla una nueva generación de robots que mejorarán la seguridad en el sector minero de Latinoamérica, además de otros para labores de agricultura, arqueología e investigación biológica.
El director del Centro de Robótica de Campo de la Universidad de Sídney, el argentino Eduardo Nebot, declaró a que accidentes como el que ocurrió hace unos dos años en la mina chilena de San José obligan a perfeccionar la seguridad en las minas mediante nuevas tecnologías.
Un derrumbe en el yacimiento de San José, situado a unos 30 kilómetros al noroeste de la localidad de Copiapó, dejó atrapados a 33 mineros a unos 720 metros de profundidad durante 70 días.
Nebot señaló que en el centro se trabaja para "desarrollar nuevas tecnologías autónomas que permitan reducir las condiciones adversas" y evitar la presencia de seres humanos en las zonas subterráneas con riesgo de derrumbes o en áreas de escasa visibilidad por la neblina, la lluvia o la nieve.
Otros robots saldrán de este centro, que recibe financiación de grandes empresas mineras, para mejorar la búsqueda y extracción de minerales de calidad, reducir el impacto medioambiental, prevenir desastres ecológicos como los causados por derrames y vertidos de sustancias contaminantes o para reemplazar al trabajador por robots en tareas repetitivas y tediosas.
El investigador argentino indicó que tienen varios proyectos con Argentina y Chile centrados en la seguridad minera, y añadió que él dirige un programa financiado por el organismo de cooperación australiano para "mejorar la seguridad en las minas de los países latinoamericanos".
Este centro, considerado el más grande a nivel mundial en la investigación de robótica de campo, también diseña robots autónomos que ayudarán en tareas de seguridad y defensa, que protegen el medio ambiente y el transporte de cargas pesadas o peligrosas indicó Efe.
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