La situación minera del país obliga adoptar medidas de emergencia para evitar un desastre, especialmente en materia social, con la desocupación masiva de centenares de trabajadores como ya está sucediendo con los mineros del zinc que sin embargo podrán enfrentar momentáneamente la crisis con la creación del Fondo de Sostenibilidad Reembolsable que ha sido activado y podrá paliar en algo la difícil situación de mineros cooperativistas.
Si bien el fondo como tal ya está en vigencia, autoridades de gobierno y del sector cooperativizado han mantenido reuniones continuas para aprobar un reglamento que establece ciertas condiciones en función a la vigencia de una cotización mínima del zinc en 0,45 libra fina y hasta un límite superior de 0,65 de dólar, estableciéndose que al subir el precio a $us 0,85 los trabajadores que recibieron los préstamos de emergencia comenzarán la devolución paulatina de recursos al fondo prestatario, no hay tiempos fijos, todo dependerá de la vigencia de precios y de las condiciones de trabajo que puedan persistir.
Se sabe que el Gobierno a través de los mecanismos ministeriales respectivos dispondrá de 9 millones de dólares para que arranque el fondo de apoyo a la minería del zinc, suma que es considerada por los cooperativistas como muy reducida dada la cantidad de trabajadores en el mineral afectado.
Por otra parte está en riesgo –inminente– la producción estannífera que si bien todavía mantiene una cotización por encima de los 5.oo dólares libra fina, cuando descienda de tal valor la situación de miles de mineros se pondrá en serio conflicto y habrá necesidad de ampliar el Fondo de Sostenibilidad para evitar el colapso de otro sector de alta producción minera.
Como beneficiarios de recursos del señalado fondo sólo se toman en cuenta a los cooperativistas que explotan zinc, posiblemente se haga algo con los que trabajan estaño, y no se toma en cuenta ningún otro sector que por el descenso de precios en minerales de manera general también confrontan problemas, tal el caso de la minería chica y algunos emprendimientos de la minería mediana.
Los recursos que hacen posible el “fondo de apoyo”, corresponden a cinco millones de dólares provenientes del TGN, dos millones colocados por la Prefectura de Potosí, distrito con la mayor cantidad de trabajadores del zinc, un millón de la Prefectura de Oruro y otro millón de dólares que dispondrá el Fademin. Nueve millones en total son considerados insuficientes ante la magnitud del problema que se presentará con más desocupados.
Una sugerencia es válida en el tiempo presente y podría ser de mucha utilidad para salvar la crisis minera del país, es plantear al Gobierno la creación de un organismo financiero para la minería en su conjunto y no diluir recursos que muy bien podrían ya constituirse en un capital de arranque que pueda ser incrementado -ojalá fuese factible- con parte de los reservas que están bajo custodia del Banco Central y que muy bien servirían para generar recursos que mantenga en vigencia la minería nacional, teniendo en cuenta que el ciclo de cambios permitirá una recuperación positiva en poco tiempo más. La minería ha sostenido permanentemente la economía nacional, corresponde por tanto retribuir cortesías.
Si bien el fondo como tal ya está en vigencia, autoridades de gobierno y del sector cooperativizado han mantenido reuniones continuas para aprobar un reglamento que establece ciertas condiciones en función a la vigencia de una cotización mínima del zinc en 0,45 libra fina y hasta un límite superior de 0,65 de dólar, estableciéndose que al subir el precio a $us 0,85 los trabajadores que recibieron los préstamos de emergencia comenzarán la devolución paulatina de recursos al fondo prestatario, no hay tiempos fijos, todo dependerá de la vigencia de precios y de las condiciones de trabajo que puedan persistir.
Se sabe que el Gobierno a través de los mecanismos ministeriales respectivos dispondrá de 9 millones de dólares para que arranque el fondo de apoyo a la minería del zinc, suma que es considerada por los cooperativistas como muy reducida dada la cantidad de trabajadores en el mineral afectado.
Por otra parte está en riesgo –inminente– la producción estannífera que si bien todavía mantiene una cotización por encima de los 5.oo dólares libra fina, cuando descienda de tal valor la situación de miles de mineros se pondrá en serio conflicto y habrá necesidad de ampliar el Fondo de Sostenibilidad para evitar el colapso de otro sector de alta producción minera.
Como beneficiarios de recursos del señalado fondo sólo se toman en cuenta a los cooperativistas que explotan zinc, posiblemente se haga algo con los que trabajan estaño, y no se toma en cuenta ningún otro sector que por el descenso de precios en minerales de manera general también confrontan problemas, tal el caso de la minería chica y algunos emprendimientos de la minería mediana.
Los recursos que hacen posible el “fondo de apoyo”, corresponden a cinco millones de dólares provenientes del TGN, dos millones colocados por la Prefectura de Potosí, distrito con la mayor cantidad de trabajadores del zinc, un millón de la Prefectura de Oruro y otro millón de dólares que dispondrá el Fademin. Nueve millones en total son considerados insuficientes ante la magnitud del problema que se presentará con más desocupados.
Una sugerencia es válida en el tiempo presente y podría ser de mucha utilidad para salvar la crisis minera del país, es plantear al Gobierno la creación de un organismo financiero para la minería en su conjunto y no diluir recursos que muy bien podrían ya constituirse en un capital de arranque que pueda ser incrementado -ojalá fuese factible- con parte de los reservas que están bajo custodia del Banco Central y que muy bien servirían para generar recursos que mantenga en vigencia la minería nacional, teniendo en cuenta que el ciclo de cambios permitirá una recuperación positiva en poco tiempo más. La minería ha sostenido permanentemente la economía nacional, corresponde por tanto retribuir cortesías.
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