El asunto no es tan simple como se da en la práctica la
caída de precios de las materias primas en los mercados internacionales. El fenómeno, por lo menos en el caso presente, obedece a presiones especiales de la competencia entre grandes potencias por el control de la mayor producción para copar los grandes mercados por ejemplo en el caso del petróleo, cuyo precio volvió a registrar otro leve bajón, en tanto que el precio de los minerales luego de la bajada en meses pasados se mantiene más o menos estable, pero sin posibilidades de entrar en una onda ascendente.
Eso significa que hay que establecer condiciones factibles con los precios vigentes para sostener los medios productivos, con referencia al caso de las actividades mineras, donde dependiendo del sector al que pertenecen deben tener tratamientos especiales.
De qué trata este hecho. Simplemente de la situación que se produce con la caída de precios y que impacta a toda la minería pero tiene formas diferentes para encarar soluciones en cada sector. Por ejemplo en la minería estatal, el asunto va por sostener con fuerte apoyo financiero el desequilibrio en los costos de producción y hacer que las minas (caso Huanuni) puedan compensar sus gastos, sin llegar a la franja roja de las pérdidas. Ya se vio la solución bajo la forma de fideicomiso (un préstamo a largo plazo, pero recuperable para el Estado).
En la minería mediana privada, la solución se da con inyecciones de mayor capital, por lo menos eso sucedió ya con San Cristóbal y lo mismo sucederá con las otras que sólo de ese modo podrán sortear el tiempo de crisis.
La situación más difícil confrontarán las cooperativas y la pequeña minería, pero al mismo tiempo, por razones especiales, las cooperativas arrancarán al Estado un soporte (posiblemente a fondo perdido) para nivelar sus operaciones y quedará en el limbo la situación de los mineros chicos que demandan un fondo de emergencia, para seguir, pues se trata de sostener también muchas fuentes de empleo. Es posible que en el caso presente, también se disponga un apoyo gubernamental para este sector.
El sector de la metalurgia se presenta como un desafío especial al Gobierno, es el caso de la Fundición de Vinto con un nuevo horno el Ausmelt que todavía no funciona y Karachipampa que está dando sus primeros pasos lentamente. Las dos metalúrgicas necesitan concentrados, para una su aprovisionamiento puede ser más regular, pues la privada San Cristóbal cubrirá la mayor demanda; en tanto para Vinto la provisión corresponde a la minería estatal y las cooperativas y ese suministro no está plenamente garantizado.
Frente al problema la destacada economista Beatriz Muriel plantea una solución que puede dar resultados positivos, se trata de "constituir una estructura real de desarrollo productivo como la mejor vacuna contra una eventual crisis derivada de la caída de precios internacionales de nuestras materias primas". Añade la sugerencia que "un puntal de esa estrategia es el verdadero fortalecimiento de dos o tres empresas estratégicas del Estado mediante inversiones que reporten adecuados rendimientos". Podrán ser YPFB, la Comibol y la agroganadería…decimos nosotros.
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