viernes, 20 de enero de 2012

La fundición de estaño de Vinto

Anteriores fundiciones de estaño

En los primeros años del siglo XX ya funcionaban nueve hornos de fundición de estaño en Potosí, de una capacidad muy limitada y no tenían la tecnología adecuada para producir lingotes de alta pureza requeridos por la industria mundial. Estos hornos tenían la ventaja de disponer de combustible nativo barato, yareta y leña de lugares próximos. El agotamiento de los ricos desmontes y relaves causó su cierre a comienzos de la década de 1910 y el ferrocarril Potosí-Antofagasta inaugurado en 1912 les dio el golpe de gracia, porque incentivó la exportación de concentrados.

Posteriormente algunos esfuerzos singulares para hacer realidad las fundiciones de estaño fueron los de Mariano Peró, que instaló en Oruro una fundición con hornos rotatorios para la reducción de estaño y en 1945 fundió los primeros lingotes de estaño. En 1955 esta fundición sirvió de base para la Fundición de Estaño de Oruro S.A., que con algunas interrupciones sigue funcionando en la actualidad.

La empresa Emusa, en un esfuerzo por diversificarse, fundó la Sociedad Metalúrgica Boliviana (Metabol) e instaló en las afueras de la ciudad de Oruro una fundición de plomo, plata, antimonio y estaño. Por las deudas contraídas en enero de 1961 fue transferida al Banco Minero. Con nuevas inversiones su capacidad de tratamiento anual en 1963 con cuatro hornos era de 2.680 toneladas de concentrados del 50 % Sn.

ESFUERZOS Y ANTECEDENTES DE LA INSTALACIÓN

Desde la década de 1930, cuando Bolivia era importante productor mundial de estaño, hubo un clamor popular porque se instalara una gran fundición en el país. La producción anual promedio entre 1911 y 1950 fue 30.868 toneladas finas (TF), mientras que entre 1981 y 2010 fue de 16.425 TF. Lamentablemente el capital internacional y los tres "barones del estaño", en especial Patiño que desde 1929 controló la fundición Williams Harvey de Inglaterra, que refinaba gran parte del estaño boliviano, pusieron obstáculos e influyeron políticamente para que este anhelo no sea una realidad. En 1960 Nikita Kruschev, Primer Ministro de la Unión Soviética, ofreció a Bolivia la donación de maquinarias para el establecimiento de plantas concentradoras y fundiciones de estaño y luego un crédito de 150 millones de dólares, lo que provocó una conmoción política en el país. El gobierno de Víctor Paz Estenssoro por presiones del Departamento de Estado de Estados Unidos dejó pasar esta oportunidad y más bien dispuso que los concentrados de estaño sean refinados en la Fundición Williams Harvey.

El país gastó mucho dinero para la realización de varios estudios relativos a la instalación de una fundición de estaño. Entre ellos destacan el de 1953 cuando Comibol contrató los servicios de la firma alemana Krupp y Lurgi para estudiar la aplicación del proceso Waels. El informe indica que el procedimiento no tenía posibilidades de usarse en Bolivia por la altura sobre el nivel del mar y la necesidad de importación de carbón coque que era caro. En 1956 el Gobierno contrató los servicios de la consultora americana Ford, Bacon & Davis para hacer un estudio integral de la minería boliviana. En su informe no recomendaban la instalación de una fundición de estaño porque existía un clima adverso de inversiones, había falta de reservas que justifiquen la inversión y las posibilidades de utilidades eran reducidas. Paralelamente a estos fracasos se confrontó corrientes de opinión, manejadas por intereses extraños a la nación, que indicaban que en Bolivia era imposible y no convenía fundir estaño.

En una conversación realizada en noviembre de 1964 entre el Ing. José Miguel de Velasco y el Lic. José Illescas, Presidente y Gerente General del Banco Minero, respectivamente, con el Sr. Carlos Schohaus, representante de la firma Klöckner Industrie-Anlagen GmbH, se dio inicio a la posibilidad de la instalación de una fundición para 5.000 toneladas finas (TF) anuales de estaño electrolítico, ampliando Metabol. Posteriormente en negociaciones llevadas a cabo con mucha reserva en entra en juego la Klöckner Humboldt Deutz. En noviembre de 1965 el Ministro de Minas sugiere al Ing. De Velasco que las negociaciones sean canalizadas a nivel de Gobierno para 20.000 TF anuales. Superadas todas las dificultades, el convenio se firmó en Alemania el 20 de julio de 1966. Previamente el gobierno del Gral. Antonio Ovando creó la Empresa Nacional de Fundiciones mediante D.L. 7695 de 15 de julio de 1966. La fundición de estaño de alta ley empezó a operar el 9 de enero de 1971. En 1980 empezó a operar la fundición de estaño de baja ley con capacidad de 10.000 TF anuales que funcionó sólo hasta 1986.

OPERACIÓN DE LA FUNDICIÓN

La operación de la fundición echó por tierra los argumentos de que no era posible fundir estaño en forma económica en Bolivia: falta de carbón coque, alto precio del combustible, altura sobre el nivel del mar etc. Produce estaño de calidad certificada hasta Grado A1 con 99,95% de pureza. Sin embargo el manejo político del que siempre ha sido objeto esta fundición, ha hecho que se incremente en exceso el número de trabajadores (414 en 1971 a 2.231 en 1979). Ello sumado al mal manejo administrativo provocó que a fines de 1982 su deuda externa alcance 25,5 millones de dólares, su deuda interna 118,2 millones de dólares y que entre 1980 y 1985 acumule pérdidas por 354 millones de dólares, por lo que mediante el D.S. 21060 (29/08/85) se dispuso su traspaso a Comibol y su pasivo se transfirió al Tesoro General de la Nación. Luego de su reestructuración, entre 1989 y 1999 obtuvo utilidades. Entre 1992 y 1996 procesó concentrados del Perú, equivalentes a 4.000 TF anuales, lo que ayudó a las utilidades. El balance económico de los 40 años que opera la fundición es negativo.

VENTAS Y NACIONALIZACIÓN

En el gobierno del Gral. Hugo Banzer la fundición fue vendida en forma irregular a la empresa Allied Deals, luego transferida también con irregularidades a la empresa Comsur en 2002. Mediante D.S. 29026 de 09/02/07 el gobierno del presidente Evo Morales nacionalizó la fundición.

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