lunes, 26 de diciembre de 2011

Oro o agua, el dilema que enfrenta hoy la economía de Perú

La oposición entre inversión minera y comunidades campesinas vuelve a encender la zona del altiplano peruano, en una virtual reedición de los acontecimientos novelados -con base real- por el célebre escritor peruano Manuel Scorza.

Esta vez son los habitantes de la zona cercana a un proyecto aurífero valorado en 4.800 millones de dólares quienes se movilizan para tratar de impedirlo, debido a los efectos negativos que tendría, según argumentan, sobre sus suministros de agua.

El mes pasado hubo una erupción de protestas campesinas que incluyeron el bloqueo de caminos y la destrucción de equipos industriales. Las manifestaciones volvieron a brotar la semana pasada y se extendieron a la misma ciudad de Cajamarca, con cierres de negocios y concentraciones en plazas públicas.

El proyecto Conga es una extensión de la mina de oro a tajo abierto de Yanacocha, la más grande en Latinoamérica. La oposición campesina al plan representa el primer reto importante al presidente Ollanta Humala, quien busca fomentar la industria minera del país.

Humala asumió la presidencia en julio tras prometer a las mismas personas que protestan ahora contra Conga que él daría prioridad al agua potable sobre la extracción de minerales. Y así lo reiteró durante un acto de campaña que ahora recuerdan los opositores a la mina.

"Porque ustedes no beben oro, no comen oro, con respecto a la minería se va a respetar las actividades de la agricultura, la ganadería", dijo entonces.

Una vez que asumió el poder, la disyuntiva que enfrenta el Mandatario peruano surge de un cruce de promesas. Si bien afirmó que respetaría los recursos naturales, especialmente el acceso al agua, por sobre las necesidades mineras, también se comprometió durante su campaña a elevar las pensiones, aumentar el salario mínimo, elevar las inversiones en Educación y Salud y a expandir la electrificación rural, entre otras demandas sociales.

Para financiar esos programas, consiguió que la industria minera aceptara un impuesto sobre las ganancias que aportaría más de 1.000 millones de dólares al año.

"(El proyecto) es un tubo de ensayo sobre el acuerdo al que llegó el gobierno de Humala con los empresarios mineros", añade Julia Cuadros, directora ejecutiva de Cooperacción, una organización que promueve desarrollo sostenible. Y explica que si Conga es suspendido, la confianza de los inversionistas se deterioraría, causando el colapso de la agenda social de Humala.

LAGUNAS AMENAZADAS

La oposición local al proyecto es intensa y es encabezada por funcionarios locales. Los críticos dicen que un estudio de impacto ambiental que fue aprobado el año pasado no responde adecuadamente a los potenciales daños que provocaría río abajo el cavar minas a cielo abierto en las laderas de la zona, que se encuentran sobre un importante acuífero.

"Van a desaparecer las principales lagunas de la región que son las últimas que quedan para poder abastecer en los próximos años a la expansión urbana", afirma el presidente regional de Cajamarca, Gregorio Santos.

El 61 % de los ingresos de Perú provienen de sus exportaciones mineras. El actual auge en los precios de los metales ha alimentado un crecimiento anual de 7 % en el último decenio, y Humala heredó un país con más de 40.000 millones de dólares en inversiones en minería que están a la espera de lo que ocurra en el actual conflicto entre el oro y el agua.

Emol. Portal Minero

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