Para la presente semana se anunció la migración de firma de nuevos contratos, en la modalidad que establecerá la nueva Ley de Minería, aún no aprobada, pero que ya tiene factor utilitario para avanzar en la apropiación de los nuevos contratos, que por supuesto tendrán la característica de cargar mayores obligaciones "contractuales" a los operadores privados.
Una de las modificaciones más fuertes en el cambio de sistema o migración de contratos establece la variante en la percepción de recuperación del operador privado que hasta la firma del nuevo acuerdo percibía hasta un 80 por ciento
de utilidades y en adelante sólo percibirá menos del 50%, ya que el Estado logrará hasta el 51% de esa recuperación.
Ya vigente el nuevo modelo de contrato los operadores mineros asumen la responsabilidad de generar inversiones periódicas para ampliar exploraciones mineras de tal modo que la explotación se haga continua, recuperando reservas y garantizando tiempos prolongados de operaciones, lo que significa fuentes de empleo y beneficios seguros.
La verdadera intencionalidad de los nuevos contratos se dirige de manera muy clara a garantizar el sostenimiento de las fundiciones con un aprovisionamiento regular que les permita cumplir sus propios cronogramas productivos, como la metalúrgica de Vinto, con un nuevo horno o el caso de Karachipampa desde el segundo semestre del año venidero.
Las empresas que abrirán el ciclo de la migración de contratos serán las de Colquiri y Porco, actualmente administradas por la empresa Sinchi Wayra subsidiaria de la Suiza Glencore que sostenía contratos de arrendamiento, mientras queda vigente el de riesgo compartido en mina Bolívar con Comibol.
No hay comentarios:
Publicar un comentario