Fines del 2011 se mencionó como el tiempo propicio para arrancar con el proyecto de explotación de los recursos evaporíticos en el salar de Uyuni de acuerdo a un cronograma inicial de la Gerencia Nacional de Recursos Evaporíticos (GNRE), por lo menos en la intención técnica de quienes fijaron prerrogativas que lamentablemente no se cumplieron, por diferentes factores.
Hay que recordar que en la pasada temporada de lluvias, se advirtió sobre los problemas que se confrontaron con el proyecto de la planta piloto en el salar de Uyuni que resultó inundado y detuvo su avance, situación que primero fue negada en la instancia oficial, aunque los hechos posteriores demostraron que realmente existieron problemas como efecto de las imprevisiones propias de un proyecto en ciernes.
Recientemente en la GNRE de la Comibol se informó que al finalizar este año 2011, se iniciará la producción piloto de cloruro de potasio en pequeña escala mientras que se obtendrán también cantidades reducidas de prueba de carbonato de litio, posiblemente en el primer trimestre del 2012.
La información proveniente de una dirección de la GNRE revela la existencia de problemas en la entrega de ciertos materiales y equipos por parte de los proveedores para poder concluir la implementación de la planta. Seguramente se está tomando en cuenta la proximidad de otro periodo de lluvias que ojalá no interrumpa la actividad en la planta del salar de Uyuni.
La Comibol maneja una inversión de 17 millones de dólares para el proyecto de la planta piloto del salar. Una primera estimación fue la de producir en una primera etapa unas 1.000 toneladas de cloruro de potasio y hasta unas 400 de carbonato de litio. Una cantidad inicialmente aceptable será de 500 toneladas en los primeros meses del año venidero en tanto continúe el trabajo por cuenta directa de la unidad de recursos evaporíticos.
El litio es en realidad el proyecto más importante de la nueva minería del país y acometerlo sin lugar a dudas que tendrá muchas dificultades, empezando por definir la estrategia de explotación, la participación de inversionistas y las condiciones en que se sumarán al proyecto, además de fijar los objetivos finales que por lo menos hasta ahora, están dirigidos a culminar con la fabricación de pilas y baterías de litio, sin descuidar el aprovechamiento de otros elementos contenidos no sólo en el salar de Uyuni, sino también en el de Coipasa, cuya materia prima es muy requerida en gigantes industrias del mercado internacional.
Los expertos en minería, están pendientes también de los aspectos que puedan aprobarse en la nueva ley minera con referencia precisamente a la explotación de los recursos evaporíticos, las prioridades sobre tan delicado tema, considerando que en la medida que avanza el tiempo, la competencia en el uso de este importante recurso en otras latitudes avanza a ritmo acelerado porque hay un serio riesgo de perder mercado y oportunidades, si no se adoptan posiciones concretas y rápidas. Chile, Argentina, México sólo por mencionar países del área latinoamericana están con menos reservas que las que poseemos en Bolivia, pero han activado sin demoras los planes de explotación de esos recursos, llegando ya al proceso de la industrialización para satisfacer la exigente demanda que se da especialmente en la industria asiática, de donde parece que llegará el socio estratégico. Lo importante es que no se pierda más tiempo, el litio es el mayor proyecto de la gran minería boliviana.
Prensa – Agencia Uru
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