Sube la cotización del oro, algunos resisten el embate y otros ven en ese elemento una oportunidad. Ésa es la mezcolanza de sensaciones que experimentan los joyeros de La Paz y Santa Cruz.
Cada ascenso de la cotización, para los primeros, afecta sus ganancias porque sus productos se encarecen; en cambio los segundos ven en ese factor una oportunidad para impulsar a ese departamento como “el centro de la joyería” en Bolivia.
Página Siete visitó tres joyerías próximas a la plaza Murillo y a la plaza Eguino, además que consultó con los exportadores de este producto. Los joyeros locales de La Paz se quejan del bajón que experimentan sus ventas, debido al aumento de las cotizaciones del oro. En coincidencia, los exportadores sostienen que el alza ha sido “mortal” para ese sector.
En diciembre del año pasado, la cotización de la onza troy de oro llegó a 1.410 dólares. Esta semana alcanzó los 1.609 dólares.
“El oro a nivel mundial ha subido y eso como consecuencia trae la baja en las ventas”, comenta Mercedes Camacho, dueña de Joyas Princess.
“El oro ha subido bastante, los precios son inaccesibles y no tenemos venta. Los regalos que busca la gente ahora son de un precio que no supere los 100 bolivianos y en este negocio, el del oro, es imposible vender a ese precio”, asegura María Lourdes Encinas, propietaria de la joyería Vellocino de Oro. El año pasado en diciembre Encinas vendió hasta 70 piezas. Este mes está cerca de las diez.
Eduardo Bracamonte, gerente general de Exportadores Bolivianos, afirma que el alza del oro y de la plata ha sido el principal factor para que la demanda por sus productos, en los mercados de EEUU, Canadá y Europa, bajen hasta en un 12% con respecto al año pasado.
Otra visión
Roberto Landívar, director de la Asociación de Joyerías de Santa Cruz, afirma que si bien se incrementó el precio de las joyas, debido al aumento de las cotizaciones internacionales del oro y de la plata, quienes ya han comprado una joya pueden venderla.
“En la joyería no solamente subieron los precios del oro, sino también los de la plata, de las perlas, de los diamantes y de las piedras preciosas. Lo que significa que tener joyas, a su vez, se vuelve un refugio -una inversión- ante cualquier eventualidad”, sostiene.
Landívar asegura que se quiere convertir a Santa Cruz en un centro estratégico de las ventas de joyas, al promover el consumo y la fabricación de estos productos. Explica que se abrió una veta en los productos alternativos: joyas de acero, con combinaciones de cuero y plata, plata y diamante, en las que se usan piedras semipreciosas. “La joyería no se ha quedado estática, ha mostrado que tiene creatividad para enfrentar la crisis”, asegura.
Bracamonte comenta que para el 2012 los exportadores han creado nuevas líneas de producción (fusiones de metales) y apuntan a producir con más competitividad. “Se está dando más valor agregado a las joyas, quitando el contenido de oro”.
No obstante, Edgar Argote, joyero de La Paz, asegura: “El oro siempre es más codiciado. Incluso cuando hay necesidad, la joya de oro se vende o se empeña. En cambio la plata pierde todo su valor y más si ya es joya porque no se puede vender”.
Otros problemas
Plaza Murillo Los joyeros que tiene sus negocios en proximidades a la plaza Murillo se quejan de las barreras que levanta la Policía en las ocho entradas a ese centro político, cuando hay alguna marcha o conflicto que se desarrolla por el centro de La Paz, pues perjudican sus ventas.
Plaza Eguino Las joyerías cercanas a la plaza Eguino se quejan de la inseguridad ciudadana, pues están obligadas a abrir sus negocios y a comercializar sus productos con la compañía de algún familiar o amigo. Esto se debe a que los ladrones están al acecho y mucho más en estas fechas de fin de año.
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