Cansados de confrontar una serie de problemas, propiamente desde que se inició el proyecto de la empresa india en el Mutún, los ejecutivos de la misma han mostrado incertidumbre y dudas sobre el futuro de sus operaciones, en tanto que el Gobierno advierte, no sin un toque de soberbia que "si la Jindal no cumple el Estado explotará el Mutún".
¿Qué significa esa nueva posición gubernamental? Para los entendidos otra muestra del interés oficial para "copar" todo el yacimiento del cerro de hierro en el Mutún, donde actualmente y con muchas trabas desempeña sus tareas la poderosa inversionista hindú, Jindal Steel and Power.
El problema data de hace cuatro años atrás cuando se firmó el contrato de las operaciones de la Jindal para explotar hierro en el 50% del yacimiento y comprometiendo una modalidad de desembolsos (de inversión) en la medida que avance la operación, la misma que debe además completar su cronograma de industrialización de la materia prima a través del emplazamiento de una poderosa siderurgia que produciría acero boliviano.
Los problemas comenzaron a pocos meses de iniciarse el asentamiento logístico de los hindúes en el Mutún, la tierra pródiga de Puerto Suárez, zona en la que el Estado boliviano disponía de una cantidad de hectáreas para su transferencia a la Jindal, cosa que tuvo muchos problemas, aunque se solucionaron paulatinamente.
La Jindal señala que para desarrollar el proyecto siderúrgico necesita una dotación especial de gas que permitiría mantener la fundición en pleno funcionamiento y de manera permanente para tratar el hierro y convertirlo en acero de alta calidad, listo para su explotación.
Las cosas no se dieron de ese modo y aunque la Jindal demoró evidentemente en alguno de sus desembolsos, no es menos cierto que el Gobierno nacional tampoco cumplió al "pie de la letra" los compromisos contraídos como Estado de ahí que en cierta ocasión, surgió la interrogante para saber si la hindú o la subsidiaria boliviana es la que incumplía los deberes formales. La firma india tuvo que pagar el valor de sus boletas de garantía y firmó otras nuevas para mantenerse operando, pero la última frustrada operación de exportación de hierro, aparentemente suspendida por problemas de transporte en la hidrovía, parece que colmó un límite oficial dando paso a la abrupta advertencia de que "el estado explotará el Mutún si la Jindal no cumple", así está la situación.
En algún momento de las "tensas" negociaciones se habló de dar por cerrada la operación de la Jindal en el Mutún, sin embargo aclaraciones y explicaciones de por medio mostraron que ambos partícipes de un contrato incumplían sus partes de corresponsabilidad, por tanto lo que correspondía era mantener vigente un millonario contrato que favorece al Estado en la explotación del 50 por ciento del yacimiento, sabiendo que impulsar el trabajo en la otra mitad, es realmente tarea de titanes, por la millonario inversión que se requiere y por la tecnología que posee la Jindal.
Hay otro elemento que ha sido aclarado oportunamente por el Gobierno nacional respondiendo al pedido de la firma hindú de tener asegurada una determinada provisión de gas industrial para acometer la implementación de la siderúrgica, dadas las restricciones en la materia y las obligaciones de exportación que tiene YPFB, se pensaba en que sería muy difícil cumplir con el requerimiento de la Jindal, empero autoridades nacionales aseguran que por lo menos en una primera etapa, la de implementación del proyecto, se proveerá de la suficiente cantidad de gas a la empresa india, que entre otras cosas está embarcada por otra parte en la exploración petrolífera en la zona del Mutún.
Hay otros problemas que tienen que ver con reclamos cívicos de la población de Puerto Suárez que anunció medidas de presión, justamente desde la semana próxima, bloqueando caminos de la provincia Germán Busch y la Chiquitanía cruceña protestando por el retraso en la implementación del proyecto siderúrgico del Mutún.
Lo último en el tema del Mutún es la advertencia gubernamental de explotar de manera directa el hierro del Mutún, si la Jindal Steel and Power no cumple con su compromiso. Los ejecutivos de la hindú guardaron silencio ante la posición del presidente Evo Morales, aunque dejaron traslucir –una vez más– la interrogante que tiene que ver con el grado de incumplimiento de las partes de un contrato en plena vigencia. La incertidumbre persiste y se convierte en una muestra negativa sobre el respeto que rige en los contratos vigentes.
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