El tiempo pasa inexorablemente y se estima que hasta fin de año se terminará el análisis del anteproyecto de la nueva Ley Minera, que con suerte y empeño podría estrenarse junto a la gestión del 2012. Lo cierto es que varios proyectos importantes están paralizados en tanto se conozcan las nuevas determinaciones que regirán la actividad minera nacional.
Un reciente informe del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM) anticipa que por lo menos un 70% del tratamiento de la nueva norma ha sido ya analizado y hasta tiene consenso de las partes involucradas en su tratamiento.
En la presente semana se han vuelto a reunir representantes de los sectores de la actividad minera mediana y chica del sector privado, como también el lado estatal y asalariado, los cooperativistas y determinadas autoridades de la Comibol y el MMM para mantener activa la responsabilidad de aprobar un conjunto de medidas que hagan viable el crecimiento de la minería nacional.
TRIBUTOS Y REGALÍAS
Deliberadamente quienes están a cargo del análisis del anteproyecto de la Ley Minera han dejado para la última fase, posiblemente la más complicada, lo que corresponde al tema tributario y de las regalías mineras.
Realmente este será el asunto más peliagudo considerando que fijar impuestos y regalías merece un tratamiento de mucha responsabilidad por diversas causas, una especial que seguramente defenderán a ultranza desde los niveles oficiales es que "hay que sacarle el jugo" a la minería y metalurgia, por así decirlo, en función a los réditos que otorga ya ese sistema productivo.
Las otras alternativas tienen que ver con la competitividad a nivel internacional, pues no se puede arriesgar posibilidades de crecimiento financiero minero ahuyentando las inversiones, que con un simple análisis comparativo de lo que ocurre en la misma materia en países vecinos es fácil deducir que los inversionistas buscarán las mejores opciones, allí donde hay seguridad jurídica, incentivos y posibilidades de ampliar las operaciones de la gran minería.
Hay que "limpiar" si vale el término, el complicado camino de las futuras labores mineras, tomando en cuenta que resultará difícil convencer a un industrial minero, grande, mediano o chico que invierta sabiendo que al no tener aval de los comunarios a la consulta previa, simplemente pierde la inversión inicial en exploración y prospección, posiblemente "sin remedio "si no se aclara antes el panorama sobre uso de la tierra, territorio y subsuelo.
La nueva Ley Minera, tiene que ser un instrumento que asegure el despegue de la minería de tal modo que se sienta su reactivación práctica y efectiva, pues hasta el presente sólo se cumplieron iniciativas de sostenimiento en lo que corresponde a la minería estatal, mientras que el sector privado pese a la incertidumbre reinante está demostrando que se puede hacer una minería de avanzada, con beneficios para todos. A propósito de todos, cuando se menciona el tema de impuestos y regalías la opinión generalizada es que todos paguen en la medida de sus inversiones, de sus operaciones, de los costos de operación, de sus utilidades y de los beneficios incluidos a favor de las regiones y las comunidades, además del compromiso de realizar labores enmarcadas en el cumplimiento de la Ley del Medio Ambiente.
Sólo así se podrá vislumbrar un instrumento normativo, sin restricciones para unos y favores para otros, al contrario con deberes e iguales obligaciones para todos los que se insertan en el complejo negocio de la minería.
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