Aunque no se tiene un detalle exacto de todos los pasos que deben darse para el establecimiento de una empresa minera, sea cual fuere la capacidad de la misma en materia de inversión y futura producción, según los analistas que buscaron esclarecer este asunto las gestiones "a la vista" son complicadas y demoran un largo periodo antes de su aprobación.
Posiblemente se deba a ese factor que existan más de 500 cooperativas "fantasmas" que están operando, pero al margen de las regulaciones sobre la materia. Menos de una decena de "minas chicas" estarían en la misma situación, pese al interés de cumplir con los requisitos exigidos para el efecto.
Algunos datos sobre la materia señalan que para iniciar una operación minera, el primer paso debe realizarse en el Viceministerio de Empleo, Servicio Civil y Cooperativas, luego continuar con gestiones en el Servicio Nacional de Geología y Técnico de Minas y seguir con la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera, sin contar algunos otros detalles que se desprenden hacia la Comibol y el Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM).
Cuando se trata el tema del crecimiento de empresas cooperativas, una alta autoridad del Viceministerio de Cooperativas señaló que hasta mediados del pasado año (2014) existían 1.666 asociaciones cooperativas registradas en la Federación Nacional de Cooperativas Mineras de Bolivia (Fencomin), de las cuales un 30 por ciento están en curso de trámite. Casi todas están trabajando pero por lo menos quinientas son calificadas como "fantasmas".
El asunto así planteado revela una situación irregular en materia de explotación de los recursos no renovables de la minería, y aunque se ejerza estricto control con las empresas mineras privadas, chicas o medianas, resulta que existe un claro descontrol por parte de autoridades del área de minería sobre las muchas cooperativas diseminadas a lo largo y ancho del país, asentadas generalmente en zonas alejadas de centros poblados donde han ubicado yacimientos que se explotan sin ningún control y con una mínima fiscalización.
Sin embargo de la falta de control sobre esas cooperativas, datos aislados señalan que la mayoría de tales empresas irregulares funcionan en los distritos de Potosí y La Paz, algunas en Oruro, pero con baja incidencia en explotación de ciertos minerales, entre los que se cuentan estaño, zinc, plata y en el caso de La Paz particularmente oro.
Las cooperativas especialmente no poseen personería jurídica para realizar sus actividades mineras, empero se encuentran explotando minerales y comercializándolos a través de "rescatadores" y también de comercializadoras de minerales, con lo que pierde el control de orden tributario impositivo y el pago de regalías, pero son agrupaciones de cooperación solidaria que pueden trabajar en el límite más bajo del precio del estaño gracias a que eluden todo tipo de obligaciones legales.
Una situación que merece tratamiento especial para evitar una distorsión en la explotación de nuestra riqueza minera y en el cumplimiento de normas que son de estricto cumplimiento por parte de otros subsectores mineros como la minería estatal, la privada, mediana y chica y muy pocas cooperativas.
Hay que eliminar las trabas burocráticas para el registro y autorización de empresas mineras.
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