Cinco años de lucha, cortes de rutas y puentes, empapelar una ciudad bajo la consigna "Fuera Botnia" parecerían estar dándose al revés. Ahora, es Argentina la que promueve una medida que el país vecino considera contaminante: la posible mudanza de una planta de producción de dióxido de uranio –que sirve de combustible para las plantas nucleares del país–, de Córdoba –donde funciona hoy– a Formosa, cerca del límite con Paraguay.
Esta situación se viene agravando desde hace tiempo. En febrero de este año, tanto autoridades del Gobierno y de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), como dirigentes de la empresa comunicaron que la planta Dioxitek, una sociedad anónima del Estado, con 99% de sus acciones en manos de CNEA y 1% del gobierno de la provincia de Mendoza, que se hizo cargo de la fábrica, podría radicarse en la provincia de Gildo Insfrán. PERFIL publicó en la edición del 23 de marzo pasado que se estaba "a las puertas de un nuevo conflicto con un país vecino". Los meses pasaron y hubo nuevos episodios: un viaje de senadores paraguayos a la provincia de Córdoba para conocer la planta, aunque no pudieron ingresar; marchas en contra y audiencias públicas en el Congreso paraguayo y en la provincia de Formosa sobre el tema.
Este diario pudo acceder a la versión taquigráfica de cuando el propio jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, visitó el Senado de la Nación el 7 de mayo pasado y determinó que "el eventual terreno donde se instalará la empresa Dioxitek SA será en el Parque Tecnológico de Formosa" y brindó las coordenadas del lugar: la planta estaría emplazada a pocos metros del riacho Formosa, que desemboca en el Río Paraguay. Esto es, a metros de la ruta 81, entre los Km 1.184 a 1.189, en dirección oeste, a tan sólo 16 Km del centro de Formosa, cien del límite con Paraguay y 170 Km de Asunción. PERFIL fue al lugar y constató que hay gente trabajando la zona.
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