Si bien aún no se ha definido la política minera boliviana como parte de la nueva Ley Minera, lo que se haga de momento es sólo parte de la actividad que no puede paralizarse en tanto se aprueben estrategias precisas, con un adecuado cronograma de operaciones e instrucciones precisas para su desarrollo, establecido por un conjunto de atribuciones que delimiten sin separar las atribuciones de dirección en el ministerio y las que se dispongan para el sistema operativo que debe tener la Corporación Minera de Bolivia en un nuevo rol de reactivación efectiva de la minería.
De momento se mencionan varias cosas, por ejemplo que la estatal minera iniciará explotación de dos nuevos yacimientos mineros en los que actualmente se realizan trabajos de prospección y exploración, proyectos para los que se ha dispuesto inversiones iníciales que tendrán que incrementarse cuando llegue el momento de entrar a la fase práctica de extracción de minerales.
Uno de los proyectos es el de Mallku Khota en jurisdicción potosina, donde precisamente se alteraron los planes por presión de comunarios de la región que "expulsaron" a la empresa externa que realizó la primera evaluación del potencial de ese yacimiento, considerado muy importante y comparado con algunas ventajas adicionales al de San Cristóbal, también en Potosí, proyecto este que demoró diez años en su habilitación práctica.
Se menciona también el trabajo de prospección en la mina Concordia cerca a Caracoles, interesante zona minera del distrito paceño, donde igualmente se demorará algún tiempo más para establecer las condiciones de explotación de sus vetas mineralizadas.
De momento son dos casos que sobresalen pero lo que se necesita es dar a la Comibol las suficientes condiciones -económicas- para ampliar su actividad exploratoria en varios distritos, el caso de Oruro que por informes satelitales tiene importantes yacimientos que merecen ser cuantificados y puestos en la fase de operaciones extractivas. Un proyecto aurífero importante en la zona de Challapata que sólo espera apoyo técnico legal para su desarrollo.
Un aspecto que merece aclaración superior (nivel gobierno) es que la Comibol, dentro de sus atribuciones, pueda establecer condiciones y facilidades para la obtención de recursos con fines de financiar las ineludibles tareas de prospección y exploración, fase que obliga a fuertes inversiones que sólo pueden encarar inversionistas que conocen el negocio de la minería, que como ya se explicó tiene un largo periodo sólo de gastos, en millones de dólares, antes de entrar a la fase efectivamente productiva, que conlleva otro largo tiempo antes de "rescatar" las utilidades de las inversiones preliminares. Este rubro puede resultar el más oneroso al Estado, si no tiene las perspectivas de orden técnico para asegurar la concreción de nuevos proyectos mineros.
La minería funciona en base a fuerte inversión y al uso de apropiada tecnología para avanzar positivamente bajo una estricta supervisión profesional de técnicos especializados en la materia. La Comibol debe concretar la estructura de su plantel operativo con una selección de los mejores profesionales del ramo, para cumplir un trabajo estrictamente técnico y sin ninguna intromisión o presión política, sólo así la principal empresa de la minería boliviana puede rehabilitar su condición de ente productivo y ya no meramente administrativo. Apoyo agencias
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