Como es sabido algunas confrontaciones distan de ser legítimas y solo suelen ser parte de chicanas carentes de fundamentos. Con lo dicho nos referimos a que suele plantearse que la actividad minera y la agrícola son altamente incompatibles, no obstante un importante grupo de científicos, ingenieros y especialistas que se agrupan alrededor del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo (CyTED), trabajan sesudamente con el objetivo de demostrar cómo la producción de minerales ayuda a la agricultura.
Uno de los resultados más destacados de esta investigación abreva en la publicación de dos libros cuyo propósito es fomentar el uso de minerales y, al mismo tiempo, difundir los beneficios de la actividad minera en la agroindustria.
El primer libro posee el titulo "Fertilizantes y enmiendas de origen mineral", y el mismo contiene trabajos realizados por los especialistas de los países miembros. La publicación logra hacer un paneo por la realidad de la producción en cada región y muestra el consumo de minerales como fertilizantes o correctores de suelos.
Por su parte el segundo ejemplar cuyo título es "Minerales para la agricultura en América Latina" constituye una continuación del primero. Hugo Nielson, que fuese uno de los editores junto con Roberto Sarudiansky, señala que "uno de los objetivos de los trabajos es crear conciencia de que cuando, por ejemplo en el caso de Argentina, exportamos soja o trigo, con estos cereales también estamos vendiendo los minerales que la planta ha consumido del suelo y que esos minerales necesitan ser devueltos".
De esta manera se está marcando una interacción entre minería y agricultura que no está siendo difundida del mejor modo. Los suelos se desgastan con el correr de las producciones y por ello requieren minerales para fortalecerse. Un dato que no es menor tener en cuenta y que estos libros aportan es que los cultivos (cereales y forrajeras, entre otros) producidos en la región pampeana extraen, por año, más de 1.500.000 toneladas de minerales que no logra reponerse.
Lo que hay que destacar es el potencial que posee nuestro país en la materia, dado que existe, por provincia, al menos un mineral reconstituyente o fertilizante que tiene -o puede tener potencialmente- una fuerte demanda desde el sector agrario. Todas las provincias pueden aportar minerales: Salta y Catamarca podrían aportar el boro, esencial para el desarrollo de semillas; los minerales patagónicos se destacan por la turba y las arcillas especiales; asimismo, el calcio se extrae de la caliza, la dolomita o el yeso que pueden hallarse en varias provincias, desde Jujuy a Neuquén y desde Mendoza a Entre Ríos.
Retomando las palabras de Nielson: "Estos libros son el comienzo de un proceso que debe profundizarse en cada país participante del CyTED y en Argentina particularmente".
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