Frente a lo que ocurre con otros minerales "tradicionales" como el estaño, zinc, plata y plomo que en el último tiempo han perdido puntos en su cotización, las cifras que manejan el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que también coinciden con datos que publica el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) al mostrar la elevación que se ha presentado recientemente en el rubro de las exportaciones del oro y las recaudaciones por tal concepto, no dejan dudas sobre el criterio de los entendidos al afirmar que en Bolivia estamos viviendo "la bonanza del oro".
Una serie de cifras que publica El Diario, decano de la prensa nacional, revelan que el metal precioso está ocupando la atención de los expertos en minería, pero sobre todo de las autoridades del ramo que han puesto su atención en lo que significa impulsar las actividades mineras auríferas a lo largo y ancho del país, dadas las condiciones favorables de ubicación de yacimientos potenciales para encarar seriamente planes de exploración y la inmediata explotación de oro, especialmente en ciertas áreas del sector oriental del país.
Los comentarios que se formulan en torno a la minería aurífera son parte de un análisis que han hecho los expertos y que ratifican personeros del Ministerio de Minería y de la Comibol, al afirmar que en Bolivia "este mineral (el oro) puede encontrarse prácticamente en todo el territorio nacional en diferente cantidad y diferentes proporciones" lo que se constituye en un producto de exportación que "vale oro", reiterando su valor y su importancia real en el tiempo presente.
Se añade que en el país los principales productores (¿?) son los departamentos de Oruro, La Paz, Santa Cruz y Potosí, sumando un total de 12.088.543 dólares, de acuerdo al informe del INE y ratificados por el IBCE. A propósito de ésta última cifra que representa el producto de la exportación de 5,5 toneladas de oro entre enero y julio del presente año y comparando con la pasada gestión (2011) por una cantidad casi similar de exportación 5,2 toneladas de oro, los ingresos fueron sólo de 1,2 millones de dólares, lo que muestra un inusitado crecimiento del valor exportable de hasta un 927 por ciento, que lo relieva el gerente del IBCE, Gary Rodríguez.
Otros datos interesantes sobre la comercialización del metal precioso tienen que ver con el "oro metálico", es decir procesado a través de la industria manufacturera que logró en el primer semestre del año en curso (2012) una recaudación de 51,59 millones de dólares frente al mismo periodo del año pasado (2011) que sólo obtuvo 48,22 millones de dólares, lo que constituye un avance significativo de casi un 7 por ciento más en lo que va del año.
Las perspectivas para la comercialización del oro boliviano se ampliaron en los pasados meses con reportes especiales en cuanto a las compras que por ejemplo realizó la China y que alcanzaron algo más de 2,7 millones de dólares, hay que incluir las compras peruanas del metal precioso que el año pasado nos compro oro por un valor de un millón de dólares y en lo que va del año ya adquirió el refulgente metal por cerca de ocho millones de dólares. En la nómina de compradores también se incluye México que habría negociado ya la importación de oro boliviano por más de 1,1 millones de dólares.
Las circunstancias se presentan favorables, incluso de manera especial en las transacciones internas con el anuncio de la Empresa Boliviana del Oro (EBO) que en la segunda quincena de agosto pasado tenía listos los primeros 120 kilos de metal precioso para su entrega al Banco Central de Bolivia, en una transacción que reportaría más de 5 millones de dólares.
La venta de oro a través de la EBO tiene algunas connotaciones especiales, pues se trata de la recuperación que se hace del oro producido en diferentes instancias y lugares del país, con el trabajo de cooperativas, de mineros que operan artesanalmente y por cuenta propia, de mineros que trabajan en el interior de algunas minas y en otras formas tradicionales como el lavado del oro en ríos del sector oriental, a lo que se suma por supuesto la producción de empresas mineras auríferas como Don Mario o Paitití en Santa Cruz y se menciona a Inti Raymi en Oruro, existirían otras en La Paz y Cochabamba.
Una exigencia especial es que el oro que obtiene la EBO y que se vende al Banco Central debe tener una pureza entre el 96 al 97 por ciento, tratándose de alcanzar el 99 % de pureza, tras un proceso de purificación del que no se conocen muchos detalles, pero que se cumple como condición de presentar los lingotes de oro boliviano con la mayor pureza posible, valor agregado que por supuesto mejora la millonaria cotización del metal precioso.
La cotización del oro se ha mantenido casi estable y con muy pocas variables, en una cotización siempre superior a los 1.600 dólares la onza troy (OT) y oscilando entre los 1.610 hasta más de 1.650 $us por OT en algunas ocasiones, según el registro de las pizarras internacionales.
Lo que importa en el momento actual es el establecimiento real del potencial aurífero nacional, la vigencia de yacimientos en explotación, el ordenamiento del trabajo artesanal de lavadores independientes o de las cooperativas para saber con la mayor aproximación hacia dónde va la perspectiva minera del oro y cuáles son las previsiones para fortalecer e impulsar la exploración de nuevos emprendimientos que nos permitan gozar del metal precioso. Una alternativa en la coyuntura minera, que no debe desaprovecharse y que su crecimiento y sostenibilidad dependen de aplicar planes efectivos bajo normas de amplia seguridad jurídica y garantías suficientes para captar mejores inversiones. Por supuesto para los expertos la minería del oro es costosa, necesita de alta tecnología, mucha inversión, pero sus resultados son brillantes.
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