En la medida que pasa el tiempo y el despliegue de la información se hace más notorio sobre los avances en la producción de elementos que utilizan el litio como materia prima básica para industrializar la fabricación de baterías y pilas para una variedad de equipos y hasta de automóviles, en nuestro país se generaliza la interrogante sobre los avances en el proyecto del litio.
En nuestra edición 701 del 17 de febrero pasado, presentamos en las páginas centrales y en la última, una relación periodística de varios medios y del Portal Minero, acerca de la producción del litio.
Sobresale el impulso que otorgan los gobiernos de Chile y Argentina a desarrollar sus industrias especialmente de baterías y pilas, la expectativa en la proyección de ese comercio mundial y los adelantos que se dan para asegurar los todavía incipientes mercados automotores, pues la dotación de baterías para equipos médicos, celulares, filmadoras, máquinas fotográficas, relojes y otros es ya una constante que va creciendo en la medida que se fortalecen las grandes industrias de países asiáticos, norteamericanos y europeos.
Frente a ese avance imparable es lógico que preocupe la lentitud con que se desarrolla el proyecto boliviano que como respaldo tiene la certificación de poseer la reserva de litio más grande del mundo, pero en la que todavía se continúa experimentando en una fase "piloto", que puede demorar mucho más sin definiciones precisas que hagan ver el inicio de un emprendimiento serio, responsable y sostenible.
En el último número de la revista especializada de Energía y Negocios, se consigna en dos páginas un artículo interesante titulado, Litio: Bolivia desacelerada, que refleja justamente esa preocupación sobre la marcha del proyecto en el salar de Uyuni, que sigue siendo "pre - piloto" y que por tanto la producción de 30.000 toneladas de litio están esperadas para el año 2015, con un agregado en la declaración de Guillaume Roelants, jefe científico del proyecto del litio que impulsa la Comibol y que desmiente algunas opiniones en sentido de que "el gobierno boliviano es demasiado lento para industrializar sus reservas (de litio) y va a perder el tren… eso es totalmente falso porque la demanda internacional para el litio sigue siendo baja a pesar de mucha especulación", añade Roelants que "el plan, como industria, es suministrar litio para el mundo, para cientos sino miles de años, entonces un mes más no será un gran problema", según la publicación que hacemos referencia puede ser evidente en la magnitud del proyecto, pero en ningún caso debería minimizarse el avance competitivo, que no se amplía de los vecinos hacia otras latitudes como México, Australia, Finlandia entre otros y que sumados y activos antes que el nuestro puede obligar a cambios sustanciales.
Las dudas se acrecientan cuando a nivel de la industrialización del litio en la zona de los extensos salares bolivianos, resulta imposible -de momento- pensar en la dotación de gas industrial para generar la energía que necesitan las plantas que industrialicen el litio boliviano.
Si bien se está haciendo experimentos para encontrar el mejor uso del carbonato del litio, cuando se habla de avanzar hacia la industrialización del "blanco metal precioso", la pregunta es cómo se alcanzará ese objetivo y aún no han surgido las explicaciones técnicas que estuvieran en el tapete de las discusiones para salvar ese grave escollo en el megaproyecto boliviano.
Entonces al hablar del litio y su futuro no pueden obviarse esas situaciones técnicas que de verdad ponen en "salmuera" el proyecto más ambicioso y grande que tiene el país para asegurar su vida y la subsistencia de millones de habitantes, pendientes de las futuras fuentes productoras de divisas a través de la extracción e industrialización de su gigante reserva de litio. El uso de químicos y la evaporación solar son de momento la alternativa para avanzar en la industria del litio. Los cálculos pueden ser optimistas, pero hay que ponerse en la realidad de enfrentar la competencia que nos lleva cierta ventaja en alcanzar el objetivo de la producción de pilas y baterías.
No parece tan sencillo eso de restarle importancia a perder uno, dos, tres o más meses a la concreción de objetivos concretos sólo pensando en que hay y habrá un gran mercado para el litio, el caso es que nuestra riqueza debe dejar de ser materia de mera exposición en el ámbito mundial y convertirse cuanto antes en la materia sustentable de la una industria competitiva en calidad y oportunidad.
Los expertos y entendidos en el asunto sugieren que hace falta una decisión política para definir una estrategia que consolide el proyecto del litio en base a una necesaria alianza técnica financiera que posibilite obviar las dificultades que están retrasando nuestra oportunidad de competir mundialmente, pues materia prima no nos falta, necesitamos decisiones y políticas agresivas para encarar el proyecto minero más grande del país.
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