Las minas Bolívar, Porco y Colquiri deberán tener la misma cantidad de reservas de aquí a 15 años, cuando las deje de explotar Sinchi Wayra. Así lo establece el nuevo contrato de asociación que firmarán ese consorcio y la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) en los próximos días.
“Sinchi Wayra está recibiendo las minas con una cierta cantidad de reservas y su obligación es generar la misma cantidad de modo que, cuando deje la administración, la Comibol tenga la misma cantidad de reservas que le entrega ahora a Sinchi Wayra”, explicó el presidente de la Comibol, Héctor Córdova.
Según un estudio extraoficial, el complejo de Porco (zinc, plata y plomo) tiene una reserva de 811.158 toneladas métricas brutas de mineral. En tanto que Colquiri posee una reserva probada de 1.064,3 millones de toneladas (tn). No se conocen datos exactos sobre el yacimiento Bolívar.
El ejecutivo de la estatal minera expresó a Página Siete que -de acuerdo con la información que le dieron- el lunes finalizaron las reuniones de las comisiones que negociaban “la parte fina del contrato” y que al parecer “llegaron al final de los acuerdos”.
Sinchi Wayra es la subsidiaria en Bolivia de la firma suiza Glencore y opera en Oruro el yacimiento Bolívar (zinc y complejos plomo-plata) bajo un contrato de riesgo compartido desde mayo de 1993 a diciembre de 2011.
Además, por Colquiri (Oruro) firmó contrato de arrendamiento en abril de 2000 y, bajo el mismo tipo de acuerdo, desde julio de 1999 administra Porco (Potosí).
Estos acuerdos pasarán a ser contratos de asociación, en obediencia a lo establecido por la nueva Constitución Política del Estado (CPE). Córdova prevé que se suscriba el nuevo acuerdo en los próximos días.
Las negociaciones llegaron a la conclusión de que Sinchi Wayra entregará a la Comibol el 55% de las utilidades generadas por la explotación de los yacimientos.
Actualmente, según la web de Glencore, la producción de Sinchi Wayra llega a 205 mil tn de concentrados de zinc, 15.000 tn de plomo y 6.000 de estaño, en las tres minas.
En días pasados, el ministro de Minería y Metalurgia, Mario Virreira, indicó que el contrato entre Comibol y Glencore será un modelo para los convenios mineros que sean firmados a futuro, en cuanto a la distribución de las utilidades; “pero en otros temas, considero que son diferentes las operaciones mineras y no podríamos repetir lo de este caso con los otros”, aclaró.
Ayer, Córdova declaró que “esto va a ser un modelo, aunque puede ser que en otros casos el Estado boliviano goce de mayores utilidades”.
El contrato de asociación obliga a Sinchi Wayra a invertir 100 millones de dólares por año en las tres minas durante el primer quinquenio de vigencia del convenio, que concluiría en la gestión 2027.
Después de los primeros cinco años, “deberá seguir invirtiendo, pero ya con dinero de los ingresos de la producción de las minas”, argumentó el presidente de la estatal minera.
La firma suiza será la primera en migrar de contrato, pese a que todavía no se aprueba la nueva Ley Minera, pero sentará precedente como modelo para los próximos contratos de las operaciones mineras en el país.
Yacimientos mineros
Colquiri Ubicado en el departamento de Oruro, es considerado uno de los yacimientos más importantes en Bolivia, es uno de los primeros productores de estaño y zinc.
Porco El yacimiento comprende tres cerros: Porco, Apo Porco y Huayna Porco. Está a 52 kilómetros al norte de la ciudad de Potosí, a 4.400 metros sobre el nivel del mar.
Bolívar Es explotada en sistema de riesgo compartido entre Sinchi Wayra y Comibol. Produce principalmente zinc, también tiene concentrados de plata y plomo, pero en menor cantidad.
Punto de vista
Carlos Sandy Especialista en MineríaCuando se explota una mina como Porco, Colquiri y Bolívar, mientras más se profundiza (la excavación) los costos de producción se harán más elevados. En todo este tiempo bajaron los costos y la productividad subió, pero cuando se profundizan los yacimientos, la productividad baja y los costos de producción suben. Llegará un punto en que, dependiendo de las cotizaciones, las operaciones de Comibol perderán rentabilidad.
Tomando en cuenta ello, el contrato debería comprometer a Sinchi Wayra a explorar otras áreas, que invierta en fundiciones para dar valor agregado a la producción o que Bolivia no sólo goce del 55% de las utilidades, sino más.
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