Los accesos a la población de Mallku Khota están minados y los comunarios armados con fusiles Mauser, escopetas y dinamitas, por lo que cualquier intento de intervención para socorrer a los cinco rehenes es compleja, advirtió el viceministro de Gobierno, Jorge Pérez. Confía en que prosperen las gestiones de diálogo en curso y abrió la posibilidad de intervenir de ser necesario.
“Son grupos de 50 personas por cada acceso al pueblo, esto ha hecho que por reportes de Inteligencia se tenga mucho cuidado”, informó la autoridad respecto al conflicto derivado de la demanda de expulsión de la empresa minera de Mallku Khota y la libertad de Cansio Rojas, detenido debido al secuestro de dos policías por el lío minero.
El ministro de Trabajo, Daniel Santalla, informó a la emisora Panamericana que encabezará una comisión de Gobierno que intentará establecer el diálogo con la dirigencia de los comunarios para liberar a los secuestrados. En la zona, personeros del Defensor del Pueblo, Gobernación de Potosí, de la Policía, entre otros no lograron hasta esta mañana este objetivo.
Los pobladores retienen desde el 28 de junio a los ingenieros Fernando Fernández y Agustín Cárdenas, mientras que el lunes capturaron a otros tres funcionarios de la empresa. Un contingente de 380 uniformados está desplazado en la zona.
“Podríamos a hacer una incursión policial al lugar, pero hasta este momento no lo hemos hecho tratando de agotar la vía del diálogo, de la concertación, pero además atendiendo a un análisis de situación”, señaló a Unitel en alusión a las acciones que tomaron los comunarios para responder a una posible intervención de la institución del orden.
“Si es que consideramos que estos riesgos pueden ser controlados, naturalmente la Policía va tener que incursionar si no avanzara el diálogo para restablecer la tranquilidad y sancionar a los responsables de estos actos violentos”, advirtió e identificó a los familiares de Rojos como a los principales autores de la instigación a la toma de rehenes y violencia.
Pérez informó que los acceso al poblado están minados, por lo que un equipo de antiexplosivos empezará a trabajar en el lugar.
El ingeniero Fernández informó que tiene problemas renales, en un contacto telefónico con su familia. Cárdenas tendría un brazo roto, mientras que los restantes tres secuestrados no reportaron problemas de salud. El dirigente Damián Colque advirtió en varias oportunidades que no permitirán el ingreso de la Policía al pueblo.
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