martes, 17 de julio de 2012

Proponen reestructuración y reactivación de la minería

Las circunstancias actuales que alteran el trabajo minero han obligado a las autoridades de Comibol a formular planteamientos en base a reestructuración y reactivación del sector minero nacional. El presidente de la estatal minera dijo además que "a fin de evitar otros avasallamientos en el futuro (hay que) realizar un trabajo conjunto (mineros y autoridades) para reactivar la minería".

No es que recordemos que repetida y hasta machaconamente se ha planteado una reactivación efectiva de la minería nacional, argumento que se arrastra desde la dura "relocalización" de 1985 y que de algún modo se prolonga en el tiempo precisamente por la falta una adecuada política que además defina una reestructuración del sistema, pero en base a componentes técnicos elaborados por profesionales del rubro, que propongan medidas estructurales para el aprovechamiento de nuestros recursos mineros.

Lo que se ha venido haciendo desde hace tiempo y también en el actual periodo, es simplemente una labor de "parches" que, como en el caso de Colquiri y de otros centros mineros estatales tienden a agotarse, por lo menos en esa parte de la antigua minería que se arrastra sin visos de renovación y que coloca a un sector de mineros en la opción radical de avasallar allí donde se extrae todavía mineral, pero bajo normas técnicas y expectativas de cierta seguridad por determinado tiempo.

Es justificado el reclamo de varios sectores de la minería que insisten al pedir una política sectorial, adecuada al tiempo actual y que no sea ya otro conjunto de normas en las que prevalecen hasta conceptos político – sociales que alteran las posibilidades que la propia Constitución otorga para el buen uso de la riqueza natural que es de todos los bolivianos y que en tal sentido deben explotarse con fines de beneficio colectivo.

Para que los planes se cumplan en el mayor grado de efectividad es muy importante que esas reglas, seguramente a través de la nueva ley minera, sean aprobadas para que se alcance ese propósito de reestructurar y reactivar la minería boliviana en su conjunto.

No se puede negar que se han establecido algunos megaproyectos, como el caso del hierro en el Mutún o la extracción de carbonato para la obtención de litio en los salares de Uyuni y Coipasa, empero el incipiente avance práctico, en ambos casos, es una preocupación para los bolivianos, aunque parece que no tiene el mismo efecto entre los responsables de acometer –con todo– los dos proyectos considerados como el futuro "seguro" de la economía nacional.

Ya es tiempo de mostrar idoneidad en la estructuración de los verdaderos objetivos que pueden garantizar la vigencia de una minería productiva, con seguridades, incentivos y planes que se consoliden como pilares de una nueva estructura minera metalúrgica y siderúrgica que convierta a Bolivia en país de exportación de productos con valor agregado y ya no sólo de commodities.

Está claro que habilitando más centros productivos mineros será menor el déficit de empleo y eso significará realmente mejorar la vida de los bolivianos.

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