La Corporación Minera de Bolivia (Comibol), tiene previsto incrementar su flujo de caja de 300 millones de dólares actuales a 2.500 millones de dólares anuales en los próximos cinco años, en base a la ejecución de mega proyectos de explotación minera.
El presidente de esa institución estatal, Héctor Córdova, dijo que esos cálculos forman parte del Plan Nacional de Desarrollo, donde la minería tiene un rol de impulso del desarrollo en diversas regiones.
“Hemos calculado en el sector minero cuál debería ser nuestro aporte para el financiamiento del Plan Nacional de Desarrollo y, trabajando en ese sentido, la Comibol, dentro de cinco años, ha de mover un flujo de caja de 2.500 millones de dólares por año. Ese monto es suficiente para financiar nuestro aporte, porque también hay el rubro de petróleo y de otras industrias”, explicó.
Informó que el año 2006, cuando se elaboró el Plan, se contaba con 892 proyectos con un costo de ejecución de 28.000 millones de dólares. “Se ha ido ejecutando parte de ese Plan en estos seis años. El movimiento que generaría la Comibol es de 2.500 millones de dólares por año lo que sería suficiente para financiar lo que nos corresponde. No deberíamos estar pensando en un proceso depredador de nuestros yacimientos como del eco sistema para financiar nuestro bienestar, el vivir bien en el país”.
Afirmó que la política estatal “no es depredadora, que arrase con todos nuestros yacimientos a la mayor velocidad posible. Se debe aprovechar la coyuntura de precios altos para generar excedentes por explotación de los recursos minerales a una velocidad que podamos gastar los excedentes, porque cuando se acumula demasiad, se puede provocar inflación”.
Córdova señaló que se debe invertir en exploración para encontrar yacimientos nuevos “de modo de trabajar en procesos sostenibles, pero la minería debe ser vista como el motor de arranque, el punto de partida de procesos de desarrollo alternativos, locales, regionales, de modo que la gente vea reflejado en bienestar el inconveniente de tener un yacimiento minero explotado en su territorio”.
Agregó que el Plan de Desarrollo propone que con el impulso de inversiones con dinero proveniente de la explotación minera se desarrollen otros rubros de producción, “proceso que luego debería moverse por su cuenta, con la minería como motor de arranque para que luego los nuevos proyectos caminen con su propio ritmo de aporte al desarrollo local y nacional”.
Agregó que en la concepción del Plan de Desarrollo, la minería está pensada como punto central de la economía, “porque la extracción de los recursos naturales provoca un impacto ambiental y también provoca movimientos ambiciosos en muchos casos que van en contraposición al desarrollo que estamos buscando en el país”.
Informó que, actualmente, el flujo de caja de la Comibol es de 360 millones de dólares. “Lo que estamos ambicionando es grande, pero tenemos todo para que esto funcione”, puntualizó. Explicó que se logrará con proyectos como Empresa de Oro, Coro Coro y otros.
La seguridad jurídica, la inversión y la gestión de las minas
La nacionalización de empresas privadas siem-pre tiene impacto negativo en la imagen del país respecto de la seguridad jurídica que se ofrece a las inversiones, explicó el presidente de la Comibol, Héctor Córdova, en referencia a la última decisión gubernamental de nacionalizar el yacimiento minero de la empresa Mallku Khota, subsidiaria de la canadiense South American Silver.
Señaló que la imagen, sobre todo en el exterior, tiende a deteriorarse con los procesos de nacionalización. “Ese es uno de los grandes temores que tenemos porque la reacción lógica de un operador minero que ve desaparecer sus esperanzas a futuro, es de hacer una mala propaganda. De defenderse en todos los planos, incluso internacionalmente”.
Córdova señaló que personalmente cuestiona hasta qué punto el país necesita de inversión extranjera para la explotación de los recursos minerales.
“En el caso del litio, el Estado boliviano está invirtiendo casi mil millones de dólares para explotar un recuro que ha de generar grandes utilidades al Estado boliviano”, enfatizó el presidente de la Comibol.
Por su lado, el economista Alberto Bonadona , se refiere de manera crítica a la gestión de las minas en manos del Estado. En el caso de Huanuni, el mayor centro de mano de obra estatal, con más de 5.000 trabajadores, dice “si bien se produce y se genera alguna utilidad, es más por una situación de altos precios internacionales que por un gran aumento de la producción y menos aún de la productividad”.
Sobre la explotación del hierro de El Mutún, en Puerto Suárez, Alberto Bonadona señala que el contrato fue mal concebido, “con situaciones que hasta ahora no llegan a definirse y que no han permitido tener los terrenos saneados ni se establece cuánto gas se va a dar y tampoco se sabe el tamaño de la plan-ta de fundición para la generación de hierro y de acero”.
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