El mes pasado fue un periodo de realización, al principio y al final, de dos importantes eventos relacionados con la actividad minera en nuestro país, aprobando ambos importante material que debería ser utilizado por las autoridades pertinentes, el caso del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM) y la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) donde se implementan las estrategias de la minería boliviana, aunque por el análisis de quienes participaron en las dos reuniones especializadas, todavía falta mucho para lograr el verdadero despegue de la minería.
Hay muchas resoluciones que han sido aprobadas en las esferas más próximas a entendidos en minería; por un lado los geólogos que se reunieron a principio de mes y que enviaron sus recomendaciones y sugerencias al MMM para su consideración por parte de los ejecutivos de esa instancia oficial y de los que dimos una amplia relación en nuestra anterior edición de Perspectiva Minera (Nº 737).
Los otros documentos son los aprobados en la VII Mesa Redonda "Seamos un país competitivo en el área productiva", que se cumplió en Oruro los días 26 y 27 de octubre bajo auspicios de la Carrera de Ingeniería Metalúrgica de la Facultad Nacional de Ingeniería (FNI) de la Universidad Técnica de Oruro, que reunió a importantes profesionales del sector minero mediano, chico, el estatal, empresarios, funcionarios del MMM, de la Comibol é instituciones afines a los sistemas productivos nacionales.
El documento completo del último evento –del que también participamos– nos permitirá en próximas ediciones ampliar todas esas recomendaciones de quienes están diariamente en la difícil tarea de hacer minería, pese a una serie de hechos adversos que están frenando el despegue abierto y garantizado de la minería boliviana, considerada como el segundo rubro por su importancia después de los hidrocarburos para asegurar el sostenimiento de la Nación.
Resumen concreto
Rescatamos algunas de las recomendaciones que fueron aprobadas tras la exposición de diferentes temas a cargo de destacados profesionales que pudieron exponer sus puntos de vista de la manera más clara y concreta con la seguridad de que sólo este tipo de eventos abiertos pueden mostrar las graves falencias que afectan el sistema productivo en general y el de la minería en particular, este último que necesita reglas claras para desarrollar todas sus potencialidades en beneficio común, empezando por un sólido conjunto de normas que garanticen su desarrollo, añadiendo un fuerte soporte que haga posible impulsar todos los emprendimientos del sector.
La coincidencia de expertos se resume en la necesidad de exigir al Gobierno la pronta aprobación de la Ley Minera cuidando que sea un instrumento de apoyo a las actividades mineras, bajo reglas muy claras que garanticen la vigencia de la tan mentada "seguridad jurídica" que hasta el momento no ha podido salvar las graves contingencias que han alterado muchos proyectos mineros.
El caso de los avasallamientos ha sido criticado severamente, entendiendo que esa "es la mejor manera de ahuyentar las inversiones y postergar el avance de proyectos en ejecución y de nuevos emprendimientos".
Hay que entender que la minería no es sólo una actividad de simple mano de obra, al contrario es un proceso estrictamente técnico que requiere decisiones de profesionales para estimar su proyección y de inversiones sólidas para encarar su fase de producción, por tanto cualquier otro sistema es altamente depredador y perjudicial a todo un esquema técnico que además asegura la vida útil del yacimiento por tiempo suficiente para aprovechar su potencialidad.
Se coincide en reconocer que nuestro país carece de normas jurídicas claras y precisas para el sector productivo y en el caso de la minería transcurren más de cuatro años que no se actualiza el Código de Minería o se aprueba una nueva Ley Minera.
Luego de análisis, debate y relación de muchos hechos se establece que el sistema tributario en general es inequitativo y esa situación afecta de manera directa al sector productivo minero que se ve limitado en la gestión y el logro de financiamientos externos, debido a la carencia de reglas de juego que sean lo suficientemente claras para garantizar fuertes inversiones que en minería representa además un largo periodo de implementación y otro de recuperación.
Lo sobresaliente de un primer resumen de recomendaciones establece que la actividad minera, pese a su invalorable aporte desde la colonia y la República a la consolidación de la Nación, ha perdido el tratamiento de socialización como un elemento estrella en la economía nacional, caso de los hidrocarburos, dejando que sólo por gravitación siga siendo un elemento más en la economía nacional, descuidando el factor de su vital contribución al sostenimiento del Erario Nacional y su perspectiva futura que podrá alcanzar un mayor índice de contribución directa al desarrollo nacional en su conjunto.
La población debe tener conciencia del efecto multiplicador que se logra con la explotación de nuestros recursos naturales, los hidrocarburos y el caso del gas como el rubro más importante en la actualidad; luego y con mucha perspectiva la minería, que sin embargo necesita de la misma promoción o mayor a la que se da al oro negro. La energía, la agroindustria y la ganadería ocupan los puestos siguientes en la ponderación del sistema productivo nacional.
En esa dimensión corresponde a las autoridades sectoriales definir un plan productivo nacional rodeado de las mayores garantías, de adecuada seguridad jurídica, de modo que se posibiliten fuertes inversiones para impulsar la gran minería que necesita de capitales frescos, tecnología, pero sobre todo reglas claras de juego en el contexto de un nuevo Código de Minería.
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