La minería nacional está severamente comprometida en lo que corresponde a su "bienestar productivo". En el último tiempo y para estar más próximos a la realidad, en días pasados se ha registrado una serie de hechos que están poniendo a prueba la capacidad de las autoridades del sector, tras la solución por ejemplo del caso de Colquiri, que se arregló con un acuerdo que todavía deja muchas dudas sobre su efectividad y su equitativo tratamiento.
Los campesinos originarios de algunos ayllus –minoría– del norte potosino han empeorado el panorama de la actividad minera y las garantías exigidas para el desarrollo de proyectos, secuestrando profesionales de la mina en un claro operativo que fue calificado como "revanchista" por la detención durante varios días de una autoridad comunitaria acusada de haber instruido la agresión de policías que cumplían su labor de seguridad en Mallku Khota.
Propiamente esa operación considerada importante para el futuro de la minería potosina, por ser más grande que la de San Cristóbal y que contribuirá al desarrollo de la región y la generación de recursos para el TGN como también para las arcas potosinas, está ahora paralizada y su reinicio con seguridad que exigirá una serie de disposiciones y la práctica de las mismas para devolver la calma al sector, permitiendo que se concluya la tarea de prospección y exploración para definir a largo plazo esa operación minera sustentable, de alto beneficio comunitario.
En el otro extremo del país, el caso del Mutún sigue siendo una incógnita pues las autoridades nacionales de minería, como los ejecutivos de la empresa india están pendientes de la fecha fijada para resolver el problema y que se cumplirá el día 12 de la próxima semana, luego de un plazo dispuesto de 30 días, que ya corrieron inexorablemente, a la espera de una respuesta directa del Gobierno nacional a la carta de la Jindal que notificó su intención de terminar el contrato de riesgo compartido con la estatal Empresa Siderúrgica del Mutún (ESM).
La empresa hindú en la carta oficial de rescisión de contrato, aduce que hasta el presente no ha recibido la totalidad de los predios comprometidos para el proyecto siderúrgico, como tampoco se garantiza la provisión necesaria de gas para el mismo emprendimiento, por tanto esas fallas atribuidas al Gobierno nacional obligarían a la Jindal a replantear el contrato bajo nuevas condiciones que puedan ser cumplidas mancomunadamente.
BAJAN LOS PRECIOS
El malestar que afecta a nuestra minería se complica aún más con una caída en el precio de varios minerales en el mercado internacional, poniendo en riesgo operaciones del sector estatal como Huanuni con 5 mil trabajadores y en adelante también entrará en la franja roja, Colquiri que tendrá que salvar una planilla de por lo menos mil asalariados.
El precio del estaño desde el último trimestre ha registrado un paulatino descenso y hace más de un mes ha estado en menos de 9 dólares la libra fina y ese valor es significativamente peligroso para cubrir los costos de producción en la minería estatal, no tanto dicen en el sector de las cooperativas que pueden trabajar hasta con algo más de 6 dólares LF. Hay que añadir que también el zinc, la plata, el plomo y el cobre han registrado precios inferiores a los que regían a fines del 2011 y los que están en la pizarra actualmente.
El oro, si bien registró también una caída de precio, no es alarmante por el fenómeno de sostenibilidad que genera su demanda, en condición de reserva para los bancos estatales de varios países. Sigue siendo una tentación la búsqueda de yacimientos auríferos, fuera de los que explotan artesanalmente grupos de cooperativistas en el norte paceño y en algunos ríos del oriente.
La plata se sostiene con su precio variable, pero que permite cubrir costos y lograr utilidades aunque por supuesto éstas últimas disminuyen e influyen en las recaudaciones generales de impuestos y regalías.
SALOMÓNICA POSICIÓN
Para las autoridades en minería el problema no es de mayor preocupación pues pese a reconocer que habrá una baja en los ingresos nacionales de por lo menos un 15 por ciento en valores reales, ese parámetro estará muy próximo al que se alcanzó el 2010, pero con bastante diferencia de lo que fue el 2011. La diferencia se marca en cifras claras, el pasado año la minería generó un ingreso de mil 686,2 millones de dólares, en tanto que la del año anterior fue sólo de mil 152,8 millones de dólares. Si esa diferencia no es significativa para el interés nacional, entonces realmente no importa el comportamiento de la exportación de nuestros minerales.
El remedio que se menciona es que mediante la Comibol se invertirá cinco millones de dólares en la gestión, mitad de la cual ya está liquidada para actividades de prospección y exploración de yacimientos "con el fin de identificar reservas en las áreas potencialmente mineras", como si se tratara de una novedad con la diferencia de que ese plan de contingencia debió ser aplicado hace mucho tiempo atrás, precisamente cuando los precios de los minerales permitían excelentes ingresos que bien invertidos nos hubiera permitido en la actualidad encarar el desarrollo de proyectos rentables.
La otra idea es que las alternativas para conjurar las caídas en precios pueden salvarse disponiendo planes de mayor producción, claro que puede suceder en contados casos, pero la realidad es que en minería no tenemos nuevos emprendimientos y algunos que podrían ser atraídos, corren el riesgo de llegar a otros destinos donde las garantías son reales y los incentivos son seguros.
PM- Agencia Uru
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