La minería considerada como una de las alternativas más propicias para fortalecer la economía nacional atraviesa lamentablemente por un proceso sumamente delicado, poniendo en riesgo las pocas inversiones que todavía se mantienen en el país, pero postergando que otras posibilidades puedan concretarse en el futuro inmediato debido a las condiciones de total inseguridad que prevalecen en el país para invertir en minería. Para expertos y analistas sucede que del plácido y futurista sueño se ha pasado a la pesadilla.
Son varias las situaciones que se registraron recientemente y que nos dan esa pauta, explican quienes todavía creen que puede cambiarse el panorama si en tiempo breve se aprueban las reglas de juego contenidas en lo que debería ser una moderna y atractiva Ley de Minería que genere interés entre las grandes empresas que mientras se produzca el cambio en nuestro país están invirtiendo en varios países de la región, no sólo en los vecinos, inclusive más allá el caso de Colombia, Honduras, México y a la vuelta del mundo en Australia y en otras latitudes de Europa.
Las contingencias que se presentan después de Mallku Khota, que se dice es ya un caso "oleado y sacramentado", pasó al Gobierno y ahora hay que esperar un plan técnico y financiero que permita volver a tomar el sueño de contar con un gigante reservorio de variados minerales que produzcan buenos recursos para la región, el departamento donde se efectúa la operación y para el país.
Colquiri es la otra situación que tendrá derivaciones, pues los resultados de una nacionalización que implica el aumento de personal y variante sustantiva en su plan de extracción de minerales, sólo se podrá cuantificar en un par de meses o algo más, con suerte y sin mayores alteraciones.
El proyecto del Mutún dejó desesperanza en Puerto Suárez, pero afecta los planes globales de Santa Cruz y por supuesto del país, aunque tal impacto en la alta esfera gubernamental se minimiza con una serie de argumentos que muestran a la empresa hindú, la Jindal, como a culpable directa del desastre, sin embargo, las autoridades del área de minería, fuera de alguna explicación muy general y con mínimo respaldo en sus apreciaciones, quieren convencer que no habrá daño económico y que una de más de diez empresas retomarán la marcha del proyecto…lo difícil es establecer un tiempo preciso, mientras tanto la población civil de Puerto Suárez amenaza con medidas de presión en defensa de los derechos y la expectativa generada por la explotación de hierro en la jurisdicción de esa población que inclusive dobló su población debido a la migración de mucha gente en pos de trabajo en el gigante de hierro.
Lo que no se quiere reconocer es que en niveles del ministerio del ramo y en la propia subsidiaria boliviana de la Jindal, existió ineficiencia y poca capacidad de negociación para salvar y enderezar el proyecto, pues simplemente admitir su liquidación representa al país un gravísimo perjuicio económico que además tendrá un largo proceso para su rehabilitación.
AVASALLAMIENTOS
Como si no fuera bastante el problema de la minería puede complicarse más si no se dispone de las suficientes garantías para evitar la corriente avasalladora que involucra lamentablemente a una parte de cooperativistas en alianza con comunarios de ciertas poblaciones, donde se hacen exigencias muy especiales para "sacar el jugo" a la minería con métodos tradicionales en prospección o en yacimientos donde trabajan los mineros asalariados, estos últimos en varios casos expulsados de campamentos junto a sus familiares.
Frente al problema, dirigentes de la Federación Sindical de Trabajadores Mineros de Bolivia (Fstmb) mostraron su preocupación, lamentando que el Gobierno no resuelva la situación de más de una veintena de minas que han sido avasalladas y no se las han recuperado para normalizar el trabajo de los mineros que percibían sus salarios regulares y muchos actualmente están "propiamente en la calle", según refieren dirigentes de la máxima entidad sindical de los mineros.
Cuando se pone en la balanza la producción minera por sectores, según la Fstmb, la diferencia es muy concreta, mostrando un simple ejemplo como el caso de la mina Corocoro que siendo una de las más pequeñas del sistema estatal produjo en la gestión pasada 24 millones de dólares a favor del Estado, y 120 mil cooperativistas entregaron la misma suma.
EL SUEÑO Y LA PESADILLA
Un largo periodo sirvió para percibir interesantes ganancias de la minería gracias a la vigencia de los precios internacionales, sin embargo la falta de políticas de previsión eliminó la opción planteada por el sector mediano y chico de la minería, para crear un fondo de previsión y fomento que permita apoyar los proyectos mineros en periodos de crisis. No se hizo nada al respecto.
Los niveles de explotación en varios distritos mantuvieron su ritmo regular, pues la idea de algunos ejecutivos era de "incentivar la producción cuando bajen los precios", de modo que mientras eso no suceda la compensación de orden financiero estuvo directamente centrada en la recuperación de dineros con buen nivel en las pizarras de minerales, sin ninguna política de previsión o de incentivos para mejorar las condiciones de la explotación minera.
Los sueños de grandeza con la minería tienen sobresaltos y lo que está sucediendo actualmente puede terminar, ojalá no suceda, en una verdadera pesadilla, pues sigue demorándose la aprobación del instrumento que regule la actividad minera y reglamente esa parte del "permiso previo" y la obligatoriedad de incluir campesinos y ganaderos en tareas mineras. Hay que despertar a la realidad que impone una minería técnicamente planificada y debidamente solventada para que no esté a merced de arrebatos sociopolíticos.
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