sábado, 25 de octubre de 2008

La crisis minera afecta a 10 centros en Cochabamba



Unos 10 centros mineros, gestionados por asociaciones campesinas, cooperativas y pequeñas empresas, asentadas en las provincias cochabambinas de Bolívar, Arque y Mizque empezaron a sufrir los efectos de los bajos precios internacionales del plomo, plata y zinc, informó ayer la Cámara Departamental de Minería (CDM).

A la crisis económica en la que ya están inmersos estos emprendimientos mineros que explotan complejos, se podrían sumar dentro de seis a ocho meses los centros mineros que explotan oro en Ayopaya y wólfram en la región de Kami, porque el valor de estos minerales empieza también a disminuir, advirtió Javier Bellot, presidente de la CDM.

El Gobierno declaró en emergencia al sector minero del país y anunció el pasado jueves que buscará garantizar los principales mercados y los empleos de los trabajadores mineros.

Bellot explicó que en cuanto al impacto laboral, unos mil obreros están en riesgo de perder gradualmente sus empleos en la medida que los precios internacionales vayan cayendo.

"De los 10 emprendimientos mineros dedicados a la extracción de minerales, por lo menos ocho ya han hecho conocer a la Cámara su temor y preocupación porque el valor de los minerales continúa cayendo. Seguramente, en semanas más, suspenderán sus inversiones, replegarán sus equipos y dejar cesantes a sus obreros, dependiendo del ritmo en que se precipiten los precios en el mercado internacional", agregó Bellot.

Impacto

Considerando que Cochabamba no se caracteriza precisamente por practicar una minería extractiva, sino por la producción industrial de minerales no metálicos, Bellot señaló que el impacto de la baja cotización de los minerales, particularmente de zinc y estaño, no afectará directamente a la economía regional.

Sin embargo, el impacto indirecto se verá, por ejemplo, en la comercialización de bicarbonato de calcio (cal) que produce en grandes volúmenes la industria minera de Cochabamba para los procesos de lixiviación que realiza la minería extractiva en varios centros mineros de occidente y que poco a poco van bajando su demanda.

La Cámara Departamental de Minería pide al Gobierno políticas de fomento al desarrollo de la industria no metálica.

Bellot señaló que en los últimos 20 años, sin asistencia del Estado, la industria minera de Cochabamba respondió a la demanda nacional de cemento y cerámicas de la construcción; de sulfato de bario para actividad petrolera; de fertilizantes naturales para la agricultura, entre otros.

Debido a la ausencia de asistencia gubernamental, dijo que aproximadamente 70 grandes yacimientos mineralógicos "fueron tomados y avasallados por comunidades campesinas" y muchas industrias mineras restringieron sus actividades a la transformación básica de minerales.

En procura de reorientar la política minera del Gobierno, Bellot anunció que a mediados de noviembre la CDM tendrá un ampliado departamental. "En esa reunión vamos a definir también nuestra suerte, qué hacemos con la minería en Cochabamba; seguimos invirtiendo en la transformación de minerales metálicos o tomamos la decisión de migrar a otras actividades económicas", agregó.

Transforman los minerales

Al margen de explotar importantes yacimientos de antimonio, complejos de plomo, plata y zinc en el sur del departamento; wólfram en Kami y oro en la zona norte, los mineros de Cochabamba destacan por realizar grandes inversiones en la transformación de una variedad de minerales en productos industriales.

En esta línea, la industria minera de Cochabamba produce grandes volúmenes de carbonato de calcio (materia prima para la producción de cemento); sulfato de calcio (yeso) para la construcción; sulfato de bario requerido en la perforación de pozos petroleros; variedad de arcillas para la industria local y nacional de cerámica y arcillas; y rocas industriales, entre otros, con alto valor agregado.

Varias empresas como Geiss, Coboce y Faboce surgieron y se consolidaron en los mercados local y nacional por haber industrializado una variedad de arcillas.

Hasta diciembre de 2007, unos 480 empresarios lograron autorización para explotar concesiones mineras en la zona andina y los territorios de Tapacarí, Arque, Tiraque, Mizque, Quillacollo y Ayopaya. De ese total, apenas 120 se encuentran en etapa de explotación a cargo de empresas legalmente constituidas y el resto fue abandonado u ocupado por comunidades campesinas.

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