El crecimiento acelerado en el uso del ion-litio ha provocado que una tonelada de litio suba su precio desde los 350 dólares que costaba en 2003 hasta los 3.000 dólares que vale en la actualidad. Este hecho perfila a Bolivia a constituirse en un país muy rico porque cuenta con los mayores recursos en el mundo de este metal, de la familia de los alcaloides.
Incluso pronostican que Bolivia podría convertirse en la Dubai de 2050, como lo señala la Gaceta de España, en referencia a la exuberante ciudad progresista, una de las ciudades más importantes del complejo de Emiratos Árabes Unidos.
La actitud modernista de sus gobernadores convirtió a Dubai en una zona de inversión atractiva y el descubrimiento de petróleo en 1966 impulsó el crecimiento económico de la zona. Esta ciudad ha acelerado su progreso para adaptarse a la introducción del comercio electrónico y el rápido desarrollo tecnológico de los últimos años.
Ahora la preocupación de la industria del automóvil trabaja para dejar de lado al petróleo. El presidente de General Motors, Rick Wagoner, calculaba en enero pasado un periodo de entre cinco y siete años para que el sector encuentre nuevos combustibles con los que sustituir al oro negro. La teoría parece simple, la práctica es mucho más complicada. Los grandes fabricantes investigan en varios frentes, desde los combustibles denominados bio (combustibles) hasta el hidrógeno pasando por los coches eléctricos. Ésta última es la opción de más éxito. Al menos sobre el papel de los discursos y los comunicados de prensa, todos los grandes constructores de vehículos (General Motors, Chrysler, Toyota, Renault, Nissan, Volkswagen), han entrado en la carrera por tener en el mercado un vehículo eléctrico (que se enchufe directamente a la red) en la próxima década.
Los coches eléctricos ya existen, pero su limitada independencia (sólo pueden recorrer alrededor de 60 kilómetros) ha reducido su uso. Ahora, los fabricantes han encontrado en las baterías de ion-litio, las mismas que utilizan los teléfonos móviles y los ordenadores portátiles. Hasta hace no mucho las baterías funcionaban con plomo lo que las hacía pesadas y de baja potencia. Eficaces para arrancar el motor, pero no para alimentarlo.
La industrialización de litio empezó, con la construcción de la planta piloto para el tratamiento de salmueras en la población de Río Grande en Nor Lípez cerca del salar de Uyuni del Departamento de Potosí, y esto despertó el interés de importantes fábricas de automóviles, que desean invertir en el proyecto, informó anteriormente el ministro de Minería y Metalurgia, Luis Alberto Echazú.
Entre las interesadas se destacan las fábricas japonesas Sumimoto y Mitsubishi, así como otras de origen francés, le expresaron al Gobierno boliviano su interés en participar en la explotación de litio.
La instalación de esta planta demandará 5.7 millones de dólares que serán financiados con recursos de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y tomará 18 meses a partir de la fecha para su construcción.
Incluso pronostican que Bolivia podría convertirse en la Dubai de 2050, como lo señala la Gaceta de España, en referencia a la exuberante ciudad progresista, una de las ciudades más importantes del complejo de Emiratos Árabes Unidos.
La actitud modernista de sus gobernadores convirtió a Dubai en una zona de inversión atractiva y el descubrimiento de petróleo en 1966 impulsó el crecimiento económico de la zona. Esta ciudad ha acelerado su progreso para adaptarse a la introducción del comercio electrónico y el rápido desarrollo tecnológico de los últimos años.
Ahora la preocupación de la industria del automóvil trabaja para dejar de lado al petróleo. El presidente de General Motors, Rick Wagoner, calculaba en enero pasado un periodo de entre cinco y siete años para que el sector encuentre nuevos combustibles con los que sustituir al oro negro. La teoría parece simple, la práctica es mucho más complicada. Los grandes fabricantes investigan en varios frentes, desde los combustibles denominados bio (combustibles) hasta el hidrógeno pasando por los coches eléctricos. Ésta última es la opción de más éxito. Al menos sobre el papel de los discursos y los comunicados de prensa, todos los grandes constructores de vehículos (General Motors, Chrysler, Toyota, Renault, Nissan, Volkswagen), han entrado en la carrera por tener en el mercado un vehículo eléctrico (que se enchufe directamente a la red) en la próxima década.
Los coches eléctricos ya existen, pero su limitada independencia (sólo pueden recorrer alrededor de 60 kilómetros) ha reducido su uso. Ahora, los fabricantes han encontrado en las baterías de ion-litio, las mismas que utilizan los teléfonos móviles y los ordenadores portátiles. Hasta hace no mucho las baterías funcionaban con plomo lo que las hacía pesadas y de baja potencia. Eficaces para arrancar el motor, pero no para alimentarlo.
La industrialización de litio empezó, con la construcción de la planta piloto para el tratamiento de salmueras en la población de Río Grande en Nor Lípez cerca del salar de Uyuni del Departamento de Potosí, y esto despertó el interés de importantes fábricas de automóviles, que desean invertir en el proyecto, informó anteriormente el ministro de Minería y Metalurgia, Luis Alberto Echazú.
Entre las interesadas se destacan las fábricas japonesas Sumimoto y Mitsubishi, así como otras de origen francés, le expresaron al Gobierno boliviano su interés en participar en la explotación de litio.
La instalación de esta planta demandará 5.7 millones de dólares que serán financiados con recursos de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y tomará 18 meses a partir de la fecha para su construcción.
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