Un escenario ideal para el comercio exterior boliviano "sería depender sólo en 30% de la exportación de materias primas y que el restante 70% sea por la venta de productos industrializados", en la óptica del Vicepresidente Álvaro García Linera.
La explicación de este ideal se desarrolló durante la VIII Jornada Monetaria del Banco Central de Bolivia (BCB), denominada "Papel de los recursos naturales en América Latina", que sirvió para conocer detalles de lo que el Vicepresidente destacó al señalar que en los últimos siete años la economía nacional presentó una expansión en las Reservas Internacionales Netas (RIN) y en las exportaciones del país favoreciendo a la economía nacional.
Se mencionó un proceso de expansión en tres fases, una primera se ha sostenido sobre la nacionalización y exportación del gas natural. La segunda fase de crecimiento entre los años 2015 al 2020 ha de sostenerse en los procesos de industrialización del gas, urea-amoniaco, parte de GLP y en la minería y agricultura. La tercera fase consignada entre el 2020 al 2025 tiene que sostenerse sobre los elementos más complejos de la industrialización del gas y la utilización masiva del litio también industrializado".
La presentación de la perspectiva minera, por parte de la segunda autoridad del país, muestra elementos interesantes en la referencia directa a la futura industrialización de nuestras materias primas, los recursos naturales no renovables, como el gas y los minerales.
Tres fases
En lo que corresponde a la primera fase del proyecto de expansión de nuestra economía, mantiene su importancia la exportación de gas natural, mientras que en la segunda etapa que debe activarse el próximo año 2015 hasta el 2020 se impulsarán los procesos de industrialización del gas, parte del GLP, pero además de urea y amoniaco y lo que interesa a nuestra región particularmente, se extremarán recursos para impulsar la industrialización de la minería.
En la tercera fase, que comprenderá cinco años más hacia el 2025 la economía boliviana pasará por los elementos más complejos en los procesos de industrialización del gas, con más beneficios para el oriente y la utilización del litio que deberá servir para mejorar la economía del occidente y fortalecer la economía nacional.
Buen uso de riquezas
Con esos dos elementos se deja clara una parte de la política económica nacional y las prioridades que se concentran en el buen uso de nuestras riquezas naturales, el paso importantísimo hacia su industrialización y el cambio sustancial en la exportación futura de productos con valor agregado, en algunos casos convertidos en materiales y enseres, con lo que se dará el gran salto para diversificar nuestras exportaciones con precios competitivos en los mercados internacionales.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística, INE reflejan cifras optimistas en lo que se relaciona con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) que en la pasada gestión (2013) creció al 6,78% con relación al año 2012. Las tres actividades que mostraron mayor actividad productiva fueron el petróleo crudo y el gas natural con 13,97%; siguió la construcción con 10,64% y los servicios de la administración pública con 9,45%.
Dato negativo
El tema negativo corresponde al informe del INE que menciona a la producción de minerales y no metálicos como la más baja de la gestión con sólo 2,89%. Este dato es realmente desalentador y su causa, según los entendidos es el descenso en el precio internacional de varios minerales y nuestra dependencia en la venta de materias primas (concentrados) sin mayores opciones para mejorar esos valores, excepto del estaño fundido que exporta la Metalúrgica de Vinto y la esperanza de que en poco tiempo, la Empresa Metalúrgica de Karachipampa también ingrese a la cadena de exportación de lingotes de plomo – plata, con lo que subirán los réditos por la venta de nuestros minerales
Inversión y
capacitación
Conociendo el panorama de los planes económicos para el país hacia el 2025, diez años adelante, el presidente del Banco Central de Bolivia (BCB) se refirió a la explotación y exportación de nuestros recursos naturales, señalando que "debería aplicarse una etapa transitoria" para dar lugar a mayores inversiones en la industria y en la formación (paralela) de recursos humanos.
El Vicepresidente por su parte corroboró la propuesta oficial señalando que "además de la industrialización, (Bolivia) tienen que vender conocimientos, para lo que se impulsará la reación de centros de investigación que potencien la ciencia del conocimiento", haciendo alusión especial en el requerimiento de profesionales en el uso del gas, las telecomunicaciones y las operaciones del litio.
Economía plural
Un cierre especial al tema remarca la necesidad de "entrar en el espacio de una economía plural que combine materia prima, procesos industriales respetuosos de estructuras vivas de los sistemas de vida de la naturaleza y la economía del conocimiento…hay que entrar en esos espacios bajo relaciones de distribución de riqueza y democratización de ingresos", según
el criterio de Álvaro García Linera.
La perspectiva en lo que corresponde al buen uso de nuestros recursos, por las señales que se plantean, puede alentar signos optimistas, si además se dispone de parecidas, mejor si fuesen iguales condiciones de inversión para revitalizar la minería y la industrialización de esa materia prima a través de sistemas optimizados de metalurgia y siderurgia.
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