Santa Cruz nunca destacó por ser un departamento de vocación minera, sin embargo, tiene suficientes recursos minerales como para crear una nueva etapa en la minería boliviana, así lo señala el investigador Henry Oporto, en su libro "Los Dilemas de la Minería". En este sentido, desde el año 2012 a la fecha, el número de cooperativas mineras ha crecido exponencialmente, aunque la falta de inversión y los conflictos con los dueños de propiedades, hacen que este sector trabaje a "media máquina".
Sector en constante crecimiento. Rosario Coimbra, presidente de la Federación Departamental de Cooperativas Mineras (Fedecomin) Santa Cruz informó que desde la creación de la institución en 2012, se contaba con ocho cooperativas legalmente establecidas y a la fecha se incrementó hasta 27 organizaciones, aunque existen 30 cooperativas que están en formación y en busca de su personería jurídica, haciendo un total de 57 cooperativas. A pesar del crecimiento del sector, según Coimbra, solo cuatro cooperativas están trabajando, debido a la falta de dinero para comprar maquinaria y porque los dueños de las propiedades donde están las concesiones mineras, no permiten el ingreso de las cooperativas.
"De todas las cooperativas, 15 tienen contrato de arrendamiento minero otorgado por el Estado boliviano. Los minerales que se trabajan se comercializan de forma legal, es muy poco aún, lo que significa que vueven las regalías a los municipios principamente de San Ramón, en donde están centradas las operaciones mineras", dijo la presidente de Fedecomin.
Coimbra también mencionó que la mayoría de las concesiones mineras se encuentran en propiedades agrícolas, ganaderas y en Territorios Comunitarios de Origen (TCO), y sumado a esto la "desconfianza" de los vivientes en el suelo, complica el trabajo que desarrollan.
"Como es una actividad nueva está costando que nos entiendan como sector, pero también tienen que entender que no estamos realizando una actividad ilegal, los contratos mineros nos lo otorga el Estado. No somos avasalladores y no nos interesa el suelo, solo el subsuelo. Como sector estamos en formación, pero sabemos que tenemos mucho potencial y creemos que en unos cinco años vamos a ser uno de los sectores que más aporte al país", manifestó.
Actualmente existen 2.000 cooperativistas mineros que buscan explotar los minerales de oro, wolfran y tantalio, pero en muy pequeña escala.
Por otro lado, de acuerdo a los datos de la Mancomunidad de Municipios Chiquitanos, desde el año 2007 hasta el 2014, se tendría ingreso por regalías mineras de hasta Bs 200 millones, siendo la Chiquitania, la región que más aporta.
Por otro lado, según el investigador Henry Oporto, el departamento de Santa Cruz tiene grandes posibilidades de tener un desarrollo y explotación mineral, pero esto pasará por un tema de inversión. Situación que indica que el gobierno no realizará, por lo que la inversión privada en conjunto con la Gobernación cruceña pueden ser las más indicadas para ello.
Por último, según el extenso libro "Minería en las Tierras Bajas de Bolivia" de Alicia Tejado Soruco, la situación de la minería en el oriente repite el mismo modelo cooperativista que se constituyó en la minería andina del oro, "como la novedad de la inclusión social; del mismo modelo empresarial y de la misma vocación rentista del Estado". Además que aún los cambios esperados en la minería en el proceso de construcción del nuevo Estado, sobretodo en el Precámbrico aún no se ha implementado.
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