Una seria preocupación está rondando en los pasillos de la Comibol y no menos en los ambientes del Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM), debido al rendimiento de las empresas del área bajo control estatal.
El caso de Huanuni es el que más atención requiere para salir de la crisis que agobia su presupuesto, disminuido en el último tiempo, aunque sus dirigentes minimicen la situación y aseguren que la enfrentarán con mayor producción, lo que no siempre es cuestión de volumen si se mantiene un promedio crítico en la cotización del estaño.
Las dos minas que trabajan a full time tienen sus propias características, el caso de Colquiri que aumentó racionalmente el número de sus trabajadores sin llegar a un exceso de orden "social" sin tomar en cuenta la realidad productiva que es parte importante de generar utilidades en función a las reservas existentes. En Huanuni, aunque la medida tuvo un efecto importante para atender un clamor laboral, la sobrecarga de empleos es un factor que pesa a la hora de cumplir con una planilla para cerca a cinco mil trabajadores.
Lo que se observa es que no siempre la planificación estatal puede garantizar óptimos resultados, ya que algunas medidas adoptadas en función de la presión sindical pueden tener resultados adversos en el correr del tiempo, si no se adoptan paralelamente contingencias técnicas, que permitan diversificar los índices de producción y aliviar los periodos de crisis.
En Huanuni el funcionamiento de un nuevo ingenio es la esperanza para mejorar las condiciones de producción y rentabilidad, aunque algunos expertos señalan que la provisión mensual no abastecerá la demanda de concentrados que tendrá la fundición de estaño en Oruro, por lo que una vez más el tema se torna preocupante, aunque los trabajadores mineros descarten esa situación y aseguren que la producción y la vida útil del yacimiento de Posokoni da para muchos años más de alta rentabilidad.
Tocando el tema de empresas estatales necesariamente hay que mencionar a las fundiciones, la de Vinto que aumentará su rendimiento con un nuevo horno y la de Karachipampa que comienza a dar sus primeros pasos, aunque todavía con dificultades. En ambos casos es necesaria una política definida para avanzar seriamente en la industrialización de parte de nuestros minerales.
Fuera de la situación reinante en el ámbito minero, con ciertas alternativas poco halagüeñas en función a un mayor desarrollo del sector debido al asunto de los precios internacionales y la competencia de inversiones que generan los países vecinos, se hace necesaria activar la nueva Ley Minera, con una apropiada reglamentación y una definición de su sistema tributario que abra una invitación con las seguridades del caso a inversionistas nacionales y extranjeros que pueden movilizar efectivamente nuestros recursos mineros.
La minería necesita grandes inversiones y a largo plazo para consolidar emprendimientos de productividad rentable.
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