Para redondear la frase que origina el título de la presente nota, recogimos otras más que vienen como anillo al dedo y es que, hay quienes señalan que a la estatal minera, la Corporación Minera de Bolivia, le está faltando una total reestructuración y no otra capa más de barniz.
Sucede que desde hace tiempo atrás, la que fuera poderosa empresa en los años de la gran minería, ahora se ha convertido en una división en la que se improvisan programas, pero no se desarrollan los mismos por falta de medios y estrategias delineadas por un equipo de verdaderos profesionales en minería.
Lo que ha sucedido en los últimos días, si bien no llama la atención, muestra las falencias con las que se opera en lo que se considera la principal empresa de promoción minera del país, fuera de lo que pueda disponerse en el Ministerio de Minería y Metalurgia (MMM) que también soporta críticas de los entendidos porque todavía no define las líneas de una verdadera política minera en el país.
La novedad en la Comibol, que extrañamente no se publicitó en los medios periodísticos, corresponde a la posesión de un nuevo presidente en la Comibol, se trata del Ing. Metalúrgico, Edgar Hurtado Espinoza, también potosino como el ministro de Minería, Mario Virreira que lo posesionó en reemplazo del Ing. Edgar Pinto de amplia experiencia como metalurgista en la planta de Vinto.
Hay un desafío para el nuevo titular de la Comibol, que está en fase de una transformación anunciada en el MMM, pero que tal parece no tiene todavía una clara definición sobre el "rol de Comibol", que posiblemente sea establecido en la nueva Ley Minera, aunque se trata de un proceso de orden interno, que debería ser parte de la estrategia que fije el MMM, donde las cosas aún no marchan como correspondería a la cabeza del sector que tiene que ver con las tres "EX" de la minería, Explorar, Explotar y Exportar, para incrementar los valores de ingresos al TGN, a las departamentos y municipios con impuestos y regalías, consideradas como el segundo rubro de la economía nacional.
Los retos son grandes, empezando por empujar al elefante blanco de Karachipampa, el caso de los evaporíticos del salar de Uyuni, la explotación de hierro en El Mutún, situación de las empresas estatales, caso Huanuni con preferencia, los desmontes de Catavi, la situación de los sectores de la minería privada, mediana y chica, que demandan incentivos y garantías frente a una serie de ventajas que benefician a los cooperativistas mineros, Corocoro, la fundición de bismuto de Telamayu, las de zinc en La Paz y Oruro y otros proyectos que seguramente ya están en la agenda del nuevo ejecutivo de Comibol.
Se ha producido otro cambio, aunque no causa sorpresa, pues se trata del retiro del exministro de Minería, José Pimentel que acabó su función como Director de la Comibol después de 14 meses y días, reemplazando en esa función al exdirigente de la Fstmb y de Huanuni, Jorge Zaral Magne, que estuvo en el cargo casi cuatro años, conociendo de cerca los proyectos mineros más importantes. Pimentel fue sustituido por el Ing. Marcelino Quispe, exgerente de la Empresa Minera Huanuni, quien ahora como director de Comibol, seguramente tendrá la delicada misión de buscar acercamiento práctico y operativo con los trabajadores del distrito que todavía está en conflicto por el problema de la pérdida que ocasionó un paro y que reemplazarán los mineros ampliando el volumen de explotación en el Posokoni. Hay quienes dicen que bien valdrá el esfuerzo de los trabajadores para que "del mismo cuero salgan las correas".
Un último anuncio del ministro Virreira es que se concluyó el proyecto de la Ley Minera y que al documento solo le faltan algunos detalles, para ponerlo luego a consideración de la Asamblea Legislativa. Aseguran que hay consenso entre los operadores mineros de todos los sectores y el Gobierno, se espera que luego de tres años de consideración la ley avance.
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